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Colombo (Agencia Fides) – “Solucionar la cuestión de los prófugos Tamil, todavía abierta después del fin de la guerra, es un paso importante y fundamental para la reconciliación étnica del Sri Lanka”: es cuánto afirma a la agencia Fides una fuente de la Iglesia local, notando que tal cuestión, ya conocida por las crónicas nacionales, implicando de pleno la opinión pública colectiva, podría envenenar ulteriormente el clima social, si se dejara arrastrar sin una clara definición. Por otro lado, si el gobierno encontrase las modalidades justas para solucionarla, en el respeto de la dignidad y los derechos inalienables de los más de 200 mil sin techo internos tamiles, “será más fácil el recorrido de pacificación social y reconciliación entre las dos componentes de la sociedad de Sri Lanka, la síngales y la Tamil”.
En tal caso, nota la fuente de Fides, “las heridas de la guerra podrán cerrarse más velozmente, gracias a los esfuerzos y la buena voluntad de todas las partes sociales y también de las comunidades religiosas que pueden dar una fuerte contribución a la paz”.
En los meses pasados la Iglesia católica, con diversos llamamientos ha pedido al gobierno del presidente Mahinda Rajapaksa ocuparse de la cuestión de los refugiados Tamil, todavía presentes al Norte del país: aquí más de 200 mil personas viven en el máximo malestar y en el sufrimiento.
La Conferencia de los Superiores Mayores del Sri Lanka ha mandado una carta al Presidente, manifestando aprecio por el trabajo hasta ahora desarrollado, pero pidiendo una rápida solución a la emergencia de los refugiados Tamil.
También los fieles cristianos tamiles en India, en un Memorándum remitido a las autoridades, piden que el gobierno de Colombo permita a las ONG de intervenir y obrar en los campos de refugiados para garantizar la asistencia a las necesidades de base y a la tutela de la dignidad y los derechos humanos elementales.
Numerosos religiosos, religiosas y voluntarios católicos están trabajando en los campos de refugiados para aliviar los sufrimientos y los dolores de los refugiados y garantizar la educación a los niños. Los evacuados solo quieren volver a sus propias casas. El ejército lo impide y controla los campos, con la sospecha de infiltraciones de guerrilleros tamiles. (PA) (Agencia Fides 8/10/2009)
