AMÉRICA/PUERTO RICO - El Arzobispo de San Juan interviene en relación a los despidos masivos de empleados públicos: muchas familias perderán “la seguridad, la paz, la tranquilidad y la esperanza”.

miércoles, 30 septiembre 2009

San Juan (Agencia Fides) – “Un escenario de profunda desolación e incertidumbre en miles de hogares puertorriqueños” es el panorama que anuncia el Arzobispo de San Juan de Puerto Rico, Mons. Roberto González, en un Mensaje Pastoral difundido después del anuncio del gobierno puertorriqueño del despido masivo de empleados del sector gubernamental para poder ahorrar en el balance económico del estado. Esta decisión, “aunque con un fin legítimo”, provocará el incremento del número de desocupados, muchas personas se encontraran desprovistas de sustento y tendrá un “gran impacto” en las familias que perderán “la seguridad, la paz, la tranquilidad y la esperanza”.
Frente a esta realidad es necesario que “cada persona, cada sector civil, religioso, político y gubernamental” supere “posiciones inamovibles y puntos de vista unilaterales” que tienden ha hacer aún más difícil la situación e ineficaz cualquier esfuerzo de colaboración, continuó Mons. González. De hecho “no es con los antagonismos que podremos buscar las soluciones”. Sino más bien es necesaria “la buena voluntad, la escucha, el mutuo respeto, el diálogo y el esfuerzo”, con lealtad y perseverancia, “aceptando acuerdos incluso que no llenan todas nuestras expectativas, pero que son portadores siempre de nuevas esperanzas”. Para el Arzobispo de San Juan son necesarios “gestos de grandeza y humildad a favor de nuestra Patria”. La Iglesia, por lo tanto, espera que se proceda con “justicia y dignidad”, sin abandonar a su suerte a los trabajadores, “que dependen de este ingreso para su alimentación, para la tenencia de una vivienda y para satisfacer las necesidades básicas del ser humano”. “La situación del desempleo reclama un rol más protagónico de los gobiernos en la creación, promoción y conservación de los empleos y en su deber de proteger y tutelar los derechos de los trabajadores y trabajadoras”, se puede leer en el mensaje pastoral.
“Confiando en Dios, podemos caminar unidos hacia momentos de esperanza, paz y unidad para cada corazón y hogar puertorriqueño. Por eso pido a nuestro pueblo que en estos momentos de desasosiego oren para que la personas responsables del sector gubernamental, laboral y financiero puedan encontrar una justa solución a esta crisis y devolver la alegría, la paz y el sentido de dignidad de los empleados públicos y de la empresa privada cesanteados” concluye el Mensaje de Mons. Roberto González.
Mientras tanto, la Arquidiócesis de San Juan de Puerto Rico ha anunciado a todas las personas afectadas por esta disposición que la Caritas diocesana “está disponible para ofrecer su ayuda y sus servicios en la medida de lo posible y para distribuir alguna ayuda según la praxis habitual”. (GT) (Agencia Fides 30/9/2009; líneas 33, palabras 455)


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