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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Del 4 al 25 de octubre se tendrá en el Vaticano la segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de Obispos. El Card. Francis Arinze, Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, es uno de los tres Presidentes delegados nominados por el Santo Padre Benedicto XVI. El mismo encargo de Presidente Delegado, fue cubierto por el Card. Arinze en la primera Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, en 1994, nombrado por Juan Pablo II. En ese entonces era Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo interreligioso.
En la vigilia de la Asamblea Sinodal, la Agencia Fides pidió al Card. Arinze, que es originario de la Arquidiócesis de Onitsha, en Nigeria, de la que fue Arzobispo antes de ser llamado al Vaticano, algunas consideraciones acerca de los temas centrales de la reunión, y sobre el lugar que tendrá en la evangelización, también con relación al Sínodo de 1994.
“El tema elegido –”La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz”– delinea la orientación general que ha sido dada al Sínodo –afirmó a Agencia Fides el Card. Arinze–. La primera Asamblea, que se desarrolló en 1994, afrontó una pluralidad de aspectos (proclamación e inculturación de la fe, justicia y paz, diálogo interreligioso, medios de comunicación), mientras que esta segunda reunión se concentrará en un tema particular: reconciliación, justicia y paz. Al proponer esta reflexión, la Iglesia no pretende monopolizar el debate público, sino más bien favorecerlo, involucrando posiblemente a todos aquellos que, desde diversos ámbitos – política, economía, cultura – tienen un rol que desempeñar. Pero los cristianos, como recuerda el Papa Benedicto XVI, están llamados a dar testimonio de su fe en la caridad, mostrando el rostro de Cristo en los actos concretos de solidaridad, lo que es ya en sí un factor importantísimo de la evangelización. Jesús se dirigió sobre todo a los pobres para anunciar el Reino de Dios como la llegada de un mundo de justicia o, como diríamos hoy en día, de respeto por los derechos humanos. Acabo de regresar de mi viaje a Nigeria y he podido constatar la expectativa que tienen varias comunidades cristianas de que haya un mayor esfuerzo en esa dirección. También la sociedad civil está interesada en el tema del Sínodo. En cuanto al encargo que el Santo Padre me ha conferido, será para mí un compromiso en favor del diálogo abierto y de las diversas iniciativas particulares. Estoy convencido de que la Asamblea sabrá aprovechar los mejores frutos de esta experiencia”. (AM/SL) (Agencia Fides 30/9/2009; líneas 27, palabras 399)
