AMÉRICA/CHILE - “Gratitud y esperanza” expresó el Cardenal Arzobispo de Santiago, Javier Errázuriz Ossa, en el Aniversario de la Independencia de Chile

lunes, 21 septiembre 2009

Santiago de Chile (Agencia Fides) – “Vivimos, en efecto, una hora privilegiada para alabar y agradecer por tantos dones que hemos recibido a lo largo de nuestra historia republicana, y aún antes del nacimiento de nuestra Patria independiente”. Con estas palabras exhortó el Cardenal Javier Errázuriz Ossa, Arzobispo de Santiago de Chile, a los participantes en la Santa Misa de conmemoración por el 199 Aniversario de la Independencia de la Nación Chilena (18 de septiembre de 1810), en la Catedral Metropolitana de Santiago.
“Solemos distraernos y no sopesar los dones recibidos, ni vivir nuestros días con gratitud y alegría” – agrego el Cardenal Errázuriz, subrayando que “Abundan los compatriotas a los cuales embarga el desencanto, la indiferencia o la tristeza; a veces, el pesimismo o aun la desesperanza”. De allí la importancia de la celebración del 18 de septiembre, “quiere invitarnos a disfrutar estos días festivos, y a prolongar de todo corazón el gozo de nuestra acción de gracias”.
Seguidamente, el Cardenal destacó que cada celebración del 18 de septiembre “nos invita a hacer memoria de lo nuestro”, dirigiéndose “sobre todo a Dios, Creador y Padre, fuente y origen de todo bien”. En opinión del Arzobispo de Santiago de Chile, el primer don por el cual hay que dar gracias es el de la vida, luego la familia, las preocupaciones de los padres, los valores que dan razón a la existencia, la Patria y su historia. Ha sido significativo el modo cómo el país ha afrontado su crisis económica, cuyo efecto “ha sido mucho menor que en la gran mayoría de los países. Con gratitud constatamos la unidad para enfrentarla”, agregó el Cardenal. Se refirió también a otros temas como la Ley General de la Educación, la transparencia del Poder judicial, el aumento de los nidos gratuitos y la atención a las víctimas de la violencia intra familiar.
En vista de la próxima campaña electora, además, el Card. Errázuriz agregó: “Queremos una contienda política de cielos despejados, en la que los candidatos expongan sus programas con sincera transparencia y con realismo, y no desacrediten a la persona de sus adversarios”, puesto que “despertar pasiones y rechazos a través de descalificaciones no es un signo de nobleza personal ni de confianza en el pueblo, al cual debemos considerarlo capaz de optar serenamente en vista de los méritos y los programas reales de quienes postulan a los diversos cargos”. Al concluir su homilía, el Arzobispo propuso un regalo con vistas al Bicentenario del nacimiento de la patria: “Que Chile sea cada vez más una mesa para todos, de manera que todos vivamos con gratitud a Dios y a los hermanos, con alegría y esperanza, con justicia y paz”. (GT) (Agencia Fides 21/9/2009)


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