ÁFRICA/KENIA - Severa admonición a los dirigentes locales del reporte sobre la violencia post electoral comisionado por un grupo interreligioso

lunes, 21 septiembre 2009

Nairobi (Agencia Fides)- Kenia continua interrogándose sobre las causas profundas de la violencia al día siguiente de las controvertidas elecciones presidenciales de diciembre del 2007. El jefe de Estado saliente, Kibaki, fue reelegido, pero su victoria fue rechazada por el principal exponente de la oposición, Raila Odinga. El enfrentamiento político provocó la más grande ola de violencia de la historia post colonia. Al menos 1200 personas perdieron la vida, miles fueron heridas, mientras unos 2 millones fueron obligados a huir y a ser prófugos en su mismo país.
Para comprender las razones de esta tragedia nacional, un grupo interconfesional keniano, el Inter-Religious Forum (IRF, al que pertenece la Iglesia católica), comisionó un estudio intitulado “The Root Causes and Implications of the Post Election Violence of 2007” (“Las causas profundas y las implicaciones de la violencia post electoral del 2007”)
Las conclusiones del reporte, presentado en estos días, son una grave admonición para todos los kenianos y especialmente la clase dirigente. En particular, el reporte afirma que Kenia permanecerá inestable mientras continúen irresueltos los problemas que ya tienen bastante tiempo, como la distribución de la tierra y la marginalización de algunos grupos del contexto político y económico de la sociedad local.
En el plano político, el estudio critica la actitud del “vencedor que toma todo”, que caracteriza a la clase política local, sugiriendo la adopción de medidas para incluir en el proceso de decisiones al mayor número de kenianos, así como un sistema en el que ningún grupo se sienta excluido de la vida política.
La decadencia moral de la nación, causa profunda del clima de violencia, deriva, según el reporte, de la pérdida evidente de los valores sociales y morales del país, que queda expuesto a factores que amenazan su existencia. En particular, “el nacimiento de la sociedad de consumo y la búsqueda de gratificación material por parte de todos con cualquier medio, incluida la corrupción a grande escala, ha creado una tolerancia en la mala gestión de la cuestión pública, que ha comportado un aumento de la diferencia social y la negación de la justicia social a millones de kenianos. La desigualdad social es por sí misma una grave amenaza para la estabilidad y la seguridad nacional”.
Una inestabilidad acentuada por la explotación de las tensiones étnicas y sociales por parte de algunos candidatos a las elecciones y por la ausente reforma de las instituciones, incluida la de la constitución.
Al presentar el estudio, el Presidente del IRF, Canon Peter Karanja dijo: “Cómo líderes religiosos pedimos a los kenianos estar dispuestos a pagar el precio que será pedido a cada uno de nosotros para vivir en una Kenia estables”, y agregó: “estamos en una situación peor que la del 2007. Muchas tribus están armadas, no solo con machetes sino también con armas de fuego. Si los esfuerzos para las reformas de base fallasen, corremos el riesgo de no tener más un país”. (L.M.) (Agencia Fides 21/9/2009; líneas 36, palabras 502)


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