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Bangui (Agencia Fides)- Un importante comandante del ejercito de Resistencia del Señor (LRA) ha sido capturado por el ejercito ugandés en el sur de la Republica Centro africana. Mickman Opuk estaba encargado de la seguridad de Joseph Kony, el jefe del LRA, un grupo de guerrilla consolidado hace mas de 20 años en el norte de Uganda, y que en los últimos años arrecia en una amplia área comprendida entre el nord-este de la Republica Democrática del Congo, el sur de Sudan y el Sur de la Republica Centro Africana.
El grupo es tristemente famoso por las atrocidades contra los civiles, en particular por el secuestro de niños, obligados por la fuerza a alistarse en sus propias filas. Opuk está acusado por las autoridades ugandeses de haber participado en abril de 1995 en la matanza de más de 200 personas en Atiak, en el distrito de Gulu en el Norte de Uganda.
Opuk ha sido capturado hace dos semanas. Su detención ha sido hecha pública sólo ahora, por “motivos operativos y de intelligence” ha afirmado un responsable militar ugandés. El ejército de Kampala ha sido autorizado por las autoridades de Bangui a intervenir en territorio centroafricano para buscar a Kony y sus hombres. Los militares ugandeses tienen también acuerdos parecidos con los gobiernos del RDC y del sur del Sudán. En particular en diciembre de 2008 los ejércitos de Uganda, Congo RD y sur del Sudán han realizado una importante ofensiva en el nord-este del Congo contra el cuartel general de Kony. Este último ha logrado huir de la ofensiva mientras sus hombres desencadenaban una serie de represalias contra civiles en el Congo y en el sur del Sudán, hasta llegar a Centro África, un País a centenares de kilómetros de Uganda (los dos Países no tienen un confín común).
La persistencia del LRA, un movimiento enviado al bando de todos los Países del mundo y formado en gran parte de niño-soldado, es un misterio. Después de más de 20 años, a pesar de los esfuerzos del ejército ugandés (una de los más eficientes de África), y de los otros Países, no sólo el LRA no ha sido derrotado, sino que ha ampliado el área donde siembra muerte y destrucción. Por mucho que un movimiento de guerrilla necesite pocos medios para sobrevivir, es lícito preguntarse si junto a los recursos conseguidos de los saqueos de las aldeas, no hay alguien que provee con soporte logístico a la organización. ¿Si sí, con cuál escopo? (L.M.) (Agencia Fides 10/9/2009)
