ÁFRICA/MADAGASCAR - Ficha. La situación política en Madagascar y los acuerdos de Maputo

miércoles, 9 septiembre 2009

Antananarivo (Agencia Fides) - La crisis que ha estallado en Madagascar con las dimisiones del Presidente Marc Ravalomanana en marzo de este año, ha producido una intensa actividad diplomática por parte de la Unión Africana y sobre todo de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), que ha suspendido la isla de la asociación.
Las instituciones africanas consideran aún a Ravalomanana como el legítimo Jefe del Estado malgache, porque afirma haber dimitido bajo la presión física del ejército y de los manifestantes vinculados al ex-alcalde de la capital, Antananarivo, Andry Rajoelina. Este es el nuevo “hombre fuerte” de la isla, habiendo asumido el cargo de Presidente de la Alta Autoridad de Transición, un organismo creado inmediatamente después de la dimisión de Ravalomanana que confió el poder a un directorio militar, sin legitimidad constitucional. Los militares prefirieron hacerse a un lado y entregar el poder a Rajoelina, que desde enero de este año inició una campaña de protesta contra el Presidente Ravalomanana, que terminó con la dimisión.
También la Alta Autoridad de Transición presidida por Rajoelina no estaba prevista en la Constitución malgache y es considerada ilegítima por la oposición y la comunidad internacional, pero está con todo formada por civiles y no por militares. Rajoelina ha reafirmado varias veces que la Autoridad tiene la tarea de reformar la Constitución y preparar nuevas elecciones, pero es evidente que este proceso, para ser verdaderamente creíble, debe ver la participación de todas las fuerzas políticas de la isla. Las presiones de la comunidad internacional corren el riesgo de aislar a Madagascar. Por estos motivos Rajoelina ha dado su asentimiento a las negociaciones de Maputo, capital de Mozambique, en los que participaron Ravalomanana y los otros dos ex-presidentes de Madagascar, Didier Ratsiraka y Albert Zafy. Después de cinco días de negociaciones intensas, el 9 de agosto las cuatro facciones políticas de Madagascar habían alcanzado un acuerdo, que prevé la creación de una serie de instituciones de transición que comprenden: un Presidente y un vice-presidente, un gobierno de unidad nacional presidido por un Primer ministro de “consenso”, con tres vice-primeros ministros y 28 Ministros; un Parlamento formado por un Consejo de los gobernadores de la transición (la Cámara Alta, 65 inscritos) y por el Congreso de la transición (la Cámara baja, 258 inscritos), más allá de otras instituciones jurídicas, económicas y de seguridad. Estas instituciones debían reformar la Constitución y convocar nuevas elecciones en los próximos 15 meses. Se concedió asimismo una amnistía a Ravalomanana (condenado a 4 años por un asunto relativo a la adquisición del avión presidencial) y Ratsiraka (condenado a 10 años de trabajos forzados, desde el 2002 vive exiliado en Francia).
Inmediatamente después de la firma del acuerdo surgieron contrastes entre los 4 participantes sobre la distribución de los cargos en las instituciones previstas en el arreglo (en particular la de Presidente, del primer ministro y del vicepresidente). El 28 de agosto en Maputo se terminó sin nada de concreto una nueva cumbre entre las partes. A inicios de setiembre la situación corría el riesgo de precipitar cuando Ravalomanana, Ratsiraka y Zafy, pidieron a los militares que asumieran el poder interinamente. Un pedido que fue rechazado por los comandantes militares. Esto ha probablemente pesado sobre la decisión de Rajeolina de formar unilateralmente un nuevo ejecutivo. (L.M.) (Agencia Fides 9.9.2009; líneas 39 palabras 546)


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