VATICANO - Benedicto XVI en Bagnoregio (4)- “En este Año Sacerdotal quisiera invitar especialmente a los sacerdotes a seguir la escuela de este gran Doctor de la Iglesia para profundizar la enseñanza de la sabiduría enraizada en Cristo”.

lunes, 7 septiembre 2009

Bagnoregio (Agencia Fides) – Tras dejar el Santuario de la Virgen del Roble, el Santo Padre se dirigió en helicóptero a Bagnoregio, donde, en la Co-Catedral de San Nicolás, veneró la reliquia del “Sagrado Brazo” de San Buenaventura. Inmediatamente después, en la plaza San Agustín, se realizó el encuentro con los ciudadanos de Bagnoregio, y al término de este el Papa regresó a Castel Gandolfo.
En su discurso, Benedicto XVI saludó a las autoridades religiosas, civiles y militares, y todos los presentes. Recordó la presentación que Giovanni Fidanza, quien fuera luego Buenaventura, hace de sí mismo en la Divina Comedia, destacando que “en las importantes tareas que tuvo que realizar en la Iglesia, puso siempre las realidades temporales después del bien espiritual de las almas. Aquí, en Bagnoregio, él pasó su infancia y su adolescencia; luego siguió a san Francisco … Con el pobre de Asís supo establecer un vínculo profundo y duradero, tomando de él la inspiración ascética y el genio eclesial”.
El Santo Padre prosiguió: “No es fácil sintetizar la amplia doctrina filosófica, teológica y mística que nos ha dejado san Buenaventura. En este Año Sacerdotal quisiera invitar especialmente a los sacerdotes a seguir la escuela de este gran Doctor de la Iglesia para profundizar la enseñanza de la sabiduría enraizada en Cristo. A la sabiduría, que florece en santidad, él orienta cada paso de su especulación y tensión mística … En recuerdo de este profundo buscador y amanta de la sabiduría, quisiera además manifestar mi aliento y estima por el servicio que, en la Comunidad eclesial, los teólogos están llamados a hacerle a la fe que busca el intelecto, aquella fe que es ‘amiga de la inteligencia’ y que se vuelve vida nueva según el proyecto de Dios.”
Delineando algunos puntos de reflexión, tomados del rico patrimonio doctrinal y místico de san Buenaventura, Benedicto XVI recordó que “Él fue, en primer lugar, un incansable buscador de Dios desde que frecuentaba los estudios en Paris, y continuó siéndolo hasta su muerte”. En sus escritos indica el itinerario a ser recorrido, “un recorrido de fe exigente”, que “involucra a toda la persona para llegar, por Cristo, al amor transformante de la Trinidad”.
El Papa prosiguió: “Además de un buscador de Dios, san Buenaventura fue un seráfico cantor de lo creado, que, siguiendo a san Francisco, amaba “alabar a Dios en todas y por medio de todas las criaturas”, en las que “resplandecen la omnipotencia, la sapiencia y la bondad del Creador”. San Buenaventura presenta el mundo, don de amor de Dios a los hombres, en modo positivo: reconoce en el mundo el reflejo de la suma Bondad y Belleza que, siguiendo a san Agustín y san Francisco, que son Dios mismo. Todo nos es dado por Dios. De Él, como fuente originaria, brota lo verdadero, el bien y lo hermoso … ¡Qué útil sería que también hoy se redescubriera la belleza y el valor de lo creado a la luz de la bondad y de la belleza divina!”
San Buenaventura fue también un mensajero de esperanza. “Una bella imagen de la esperanza –recordó el Papa- la encontramos en una de sus prédicas de Adviento, donde paragona el movimiento de la esperanza con el vuelo del ave, que despliega las alas lo más ampliamente posible, y para moverlas usa todas sus fuerzas. Se hace, en un cierto modo, todo a sí mismo un movimiento para llevar algo y volar. Esperar es volar, dice san Buenaventura. La esperanza exige que todos nuestros miembros sean movimiento y se proyecten hacia la verdadera altitud de nuestro ser, hacia las promesas de Dios. Que san Buenaventura nos ayude a ‘desplegar las alas’ de la esperanza que nos impulsan a ser incesantes buscadores de Dios, cantores de las bellezas de lo creado y testigos de aquel Amor y Belleza que ‘todo mueven’.” (S.L.) (Agencia Fides 7/9/2009 – líneas 45, palabras 673)


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