AMERICA/CUBA - El Card. Jaime Ortega: “Un manto de dolor y de tristeza ha cubierto nuestra Arquidiócesis de La Habana desde que se supo la noticia del horrible asesinato perpetrado en la persona del Padre Mariano Arroyo”

martes, 21 julio 2009

La Habana (Agencia Fides) – “Un manto de dolor y de tristeza ha cubierto nuestra Arquidiócesis de La Habana desde el amanecer del lunes 13 de julio en que se supo la noticia del horrible asesinato perpetrado en la persona del Padre Mariano Arroyo. Los detalles de la tortura a que fue sometido el Padre Mariano, de la crueldad desplegada por sus asesinos para llevar a cabo tal acción criminal, nos llevaban a todos los que conocimos, tratamos y quisimos a este sacerdote ejemplar, del estupor y la tristeza a la indignación y al ansia de esclarecer tan terrible injusticia”. Con estas palabras comenzó el Card. Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana, la homilía en la misa de exequias del padre Mariano Arroyo Merino. S.M.I celebrada en la Catedral, 17 de julio de 2009.
Según informa la arquidiócesis de La Habana participaron cerca de dos mil personas, entre sacerdotes, religiosas, religiosas y laicos habaneros, en la Santa Misa que presidió el Arzobispo de La Habana. Asistieron además diplomáticos españoles y un representante de la Oficina de Atención a Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
El cardenal Ortega desmintió cualquier significación religiosa y aún antiespañola que con matices políticos han atribuido al asesinato del padre Arroyo algunos medios de comunicación afirmando que “no se pueden juzgar los sentimientos de un pueblo a partir de la actuación de unos delincuentes, vulgares criminales”. Por el contrario los sentimientos que se constatan en estos días entre los sacerdotes cubanos o misioneros de tantos países que entregan su vida al Señor para evangelizar en Cuba son de “aprecio, gratitud, cariño y no sentir nunca como extranjero a nadie”
El Card. Ortega recordó a continuación como “después de unos años en la Parroquia del Pilar, donde había hecho un trabajo pastoral de gran calidad, le pedí al Padre Mariano que fuera a Regla para atender ese Santuario de la Virgen” y el aceptó pero diciendo que “sería por poco tiempo, pues pensaba retirarse a España después de tantos años de misión en Cuba y primero en Chile; para no llegar demasiado viejo a su Patria”. Sin embargo “sus sentimientos de afecto y apego a Cuba, a nuestro pueblo y a nuestra Iglesia le hicieron decirme un poco más tarde: “No se preocupe por lo que le dije de mi estancia en Cuba, yo pienso dejar mis huesos aquí”. En efecto, afirma el Card. “se cumplió trágicamente su proyecto”. Pero no solo, porque, continua la homilía “deja entre nosotros el Padre Mariano: el amor, el respeto, la admiración y la gratitud de un pueblo y de una Iglesia que lo recordarán siempre”.
A continuación el Pastor de la Iglesia de La Habana recuerda a todos los fieles que hay que saber mirar todos estos acontecimientos desde la fe, única capaz de dar una respuesta a la pregunta “¿Qué explicación puede tener que un hombre entregado con amor a su prójimo para alabanza de Dios, sea recompensado con una muerte de este género?” “El sufrimiento y la misma muerte no tienen la respuesta aparentemente lógica y simple que nosotros buscaríamos: el que sufre paga lo mal que ha vivido, el que no sufre, es recompensado por su buen vivir”, explica el Card., sino que el sufrimiento “se hace luminoso y redentor a partir de la entrega de su vida que hace Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios en la Cruz”. Por ello “todo sufrimiento queda ante nosotros con su realidad trágica de producir dolor, pero al mismo tiempo cobra sentido, es sacado del absurdo que parece ser su única definición por la Cruz de Cristo”.
Concluye su homilía manifestando su deseo de que “su deposición en tierra dé ese fruto abundante que en el orden del espíritu, tanto necesita nuestro pueblo, para que no crezca entre nosotros la violencia, para que se frenen los instintos primitivos que empañan la vida social, para que realmente el pueblo cubano conserve esos valores de amistad, de simpatía, de acogida que el Padre Mariano tanto apreció y gustó”.
A continuación el cuerpo del sacerdote fue trasladado a España a su pueblo natal Cabezón de la Sal (Santander). Durante su homilía en el funeral, celebrado en la Iglesia Parroquial de San Martín el obispo de Santander, Mons. Jiménez Zamora destacó que Mariano Arroyo, fue un “buen” sacerdote misionero , que siempre estuvo “entregado al servicio del Evangelio y a la causa de los más pobres, débiles y necesitados”. Y destacó que “ha dejado una huella de bondad y Evangelio en todos los que le han conocido”.
Según un comunicado del arzobispado de La Habana, las autoridades cubanas han capturado al presunto asesino del sacerdote español Mariano Arroyo. "Además de las pruebas vinculantes, las autoridades policiales cuentan ya con la confesión del mencionado responsable", agrega el boletín, y aclara que la investigación "aún no ha concluido". Además las autoridades también confirmaron que continúa la investigación sobre otro cura español asesinado en febrero pasado en La Habana, Eduardo de la Fuente, y que en ese caso "al menos una persona detenida ha confesado su culpabilidad y responsabilidad". (RG) (Agencia Fides 21/7/2009)


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