ASIA/TAIWAN - El misionero P. Alberto Papa se despide de los fieles indígenas de la diócesis de Hsin Chu después de 46 años de servicio; indicado como "modelo misionero del sacerdocio"

lunes, 13 julio 2009

Tao Yuan (Agencia Fides) – La muestra de la vida misionera del "Tesoro del Condado de Fu Xing", la fiesta de agradecimiento y la despedida ante la presencia del Obispo de la diócesis de Hsin Chu ynumeroso fieles: son las iniciativas que la parroquia indígena de San Min de Tao Yuan ha querido dedicarle a su párroco, P. Alberto Papa (Ba Yi Ci es su nombre chino) OFM, misionero italiano que ha dedicado 46 años de servicio a los más pobres de los indígenas de Taiwán. Ahora llegado a la edad de la jubilación, regresará a Italia llevando consigo el cariño, la conmoción, la gratitud y la nostalgia de las poblaciones indígenas taiwaneses.
Según las informaciones recogidas por la Agencia Fides, desde 4 de julio se han iniciado en la parroquia una serie de iniciativas con ocasión de la despedida del p. Alberto, que han estado acompañadas por la celebración de inicio del Año Sacerdotal, presentando al religioso como modelo de misionero del sacerdote. Autoridades civiles, la comunidad budista y los fieles han rendido homenaje a este misionero tan querido, hasta el punto que lo han nombrado "Padre del pueblo de Tai Ya" (indígena). El alcalde local ha contado: "cuando era pequeño ya he visto al p. Ba, (su apellido chino) distribuir ayudas a los más necesidades entre los pobres. He crecido y él todavía continúa su misión, nunca se ha detenido”.
En el ya lejano 1963, él entonces franciscano de 25 años p. Papa, nacido en una familia modesta de obreros, fue enviado en misión a la isla de Taiwán. El joven religioso pidió a sus superiores ir en los lugares más apartados, entre la gente más pobre, para desarrollar su misión. Por tanto, desde hace casi siglo medio ha estado al servicio del pueblo indígena Tai Ya del Condado de Fu Xing, ganándose el apodo de "Tesoro del Condado de Fu Xing". No sólo ha aprendido perfectamente la lengua china mandarina, pero también el dialecto indígena de los Tai Ya, ayudándolos a conservar la propia cultura y tradición. Les ha hecho entender que "sin la escritura es imposible conservar la cultura". Ha redactado con sus propias manos numerosos textos, transformando la lengua-dialecto en alfabeto romano; también ha compuesto muchas piezas de música sagrada y piezas de Evangelio en dialecto indígena. Gracias a su Ha prometido a su gente que volverá entre ellos, para continuar la transmisión del Evangelio y la cultura de Tai Ya. (NZ) (Agencia Fides 13/07/2009)


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