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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Vuestro empeño misionero en el ámbito universitario consiste por tanto en testimoniar el encuentro personal que habéis tenido con Jesucristo, Verdad que ilumina el camino de todo hombre. Es del encuentro con Él de donde mana esa 'novedad del corazón', capaz de dar una orientación nueva a la existencia personal; y sólo de esta manera se convierte en fermento y levadura de una sociedad vivificadas por el amor evangélico". Es la exhortación que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los participantes en el primer Encuentro europeo de Estudiantes Universitarios, promovido por la Comisión Catequesis-escuela-universidad del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas, CCEE, recibidos en audiencia el sábado 11 de julio, fiesta de san Benito, Patrono de Europa.
"Después del encuentro europeo de docentes que tuvo lugar hace dos años - ha recordado Benedicto XVI -, también vosotros, estudiantes, os reunís ahora para ofrecer a las Conferencias Episcopales de Europa vuestra disponibilidad para continuar en el camino de elaboración cultural que San Benito intuyó como necesario para la maduración humana y cristiana de los pueblos de Europa. Esto podrá suceder, si vosotros como los discípulos de Emaús, encontráis al Señor resucitado en la concreta experiencia eclesial, y en particular en la celebración eucarística". El Pontífice ha subrayado a continuación que la acción pastoral universitaria debe expresarse "en toda su valencia teológica y espiritual, ayudando a los jóvenes a hacer que la comunión con Cristo los conduzca a percibir el misterio más profundo del hombre y de la historia", y las capellanías universitarias pueden ser el lugar de formación de creyentes maduros, hombres y mujeres conscientes de ser amados por Dios y llamados, en Cristo, a llegar a ser animadores de la pastoral universitaria”. A continuación ha puesto en evidencia como la presencia cristiana en la universidad “se hace cada vez más exigente y al mismo tiempo fascinante, porque la fe está llamada, como en los siglos pasados, a ofrecer su insustituible servicio al conocimiento, que, en la sociedad contemporánea, es el verdadero motor del desarrollo. Del conocimiento, enriquecido con la aportación de la fe, depende la capacidad de un pueblo de saber mirar el futuro con esperanza, superando las tentaciones de una visión puramente materialista de la esencia y de la historia".
“Queridos jóvenes, vosotros sois el futuro de Europa" ha exclamado el Santo Padre, recordando que en estos años de estudio los jóvenes universitarios están llamados a invertir los mejores recursos, no sólo intelectuales, para consolidar la propia personalidad y para contribuir al bien común. "Trabajar por el desarrollo del conocimiento es la vocación específica de la universidad, y requiere cualidades morales y espirituales cada vez más elevadas, frente a la vastedad y complejidad del saber que la humanidad tiene a su disposición. La nueva síntesis cultural, que se está elaborando en Europa y en el mundo globalizado en este tiempo, necesita de la aportación de intelectuales capaces de prometer en las aulas académicas el discurso sobre Dios, o mejor, de hacer renacer ese deseo del hombre de buscar a Dios - 'quaerere Deum' – al que me referido en otras ocasiones".
Una última invitación ha sido dirigida por el Papa a los jóvenes procedentes de 31 naciones europeas, para que contribuyan, junto con sus docentes, "a crear laboratorios de fe y cultura, compartiendo la fatiga del estudio y la investigación con todos los amigos". "Amad vuestras Universidades, que son gimnasios de virtud y servicio. La Iglesia en Europa confía mucho en el generoso empeño apostólico de todos vosotros". (S.L) (Agencia Fides 13/7/2009)
