VATICANO - "Las soluciones a los problemas actuales de la humanidad no sólo pueden ser técnicas, sino que deben tener en cuenta todas las exigencias de la persona, que está dotada de alma y cuerpo, y que de este modo deben tener en cuenta al Creador, Dios" recuerda el Papa en el ángelus; llamamiento por Honduras

lunes, 13 julio 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Antes de recitar ola oración mariano del ángelus con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, el domingo 12 de julio, el Santo Padre Benedicto XVI ha vuelto en su discurso sobre la reciente Cumbre del G8 y sobre su última encíclica, "Caritas in veritate". "Algunos de los problemas de la agenda eran dramáticamente urgentes. En el mundo hay desigualdades sociales e injusticias estructurales que no pueden tolerarse" ha recordado el Papa, subrayando que "los Jefes de Estado y Gobierno del G8 han confirmado la necesidad de alcanzar acuerdos comunes para asegurar a la humanidad un futuro mejor. La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer, sino, experta en humanidad, ofrece a todos la enseñanza de la Sagrada Escritura sobre el hombre y anuncia el Evangelio del Amor y de la justicia”.
A continuación Benedicto XVI ha retomado lo afirmado el miércoles pasado, comentando en la audiencia general la encíclica Caritas in veritate: "es necesaria una nueva proyección económica que vuelva a diseñar el desarrollo de forma global, basándose en el fundamento ético de la responsabilidad ante Dios y ante el ser humano como criatura de Dios”…. “en una sociedad en vías de globalización, el bien común y el esfuerzo por él, han de abarcar necesariamente a toda la familia humana" (n. 7).
El Santo Padre ha afirmado que continua en el camino trazado por Pablo VI, que ya en la encíclica Populorum progressio “había reconocido e indicado el horizonte mundial de la cuestión social”, en nuestro tiempo "se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica", es decir, afecta a la misma manera de concebir al ser humano, que cada vez está más en manos del mismo hombre por las modernas biotecnologías. Las soluciones a los problemas actuales de la humanidad no sólo pueden ser técnicas, sino que deben tener en cuenta todas las exigencias de la persona, que está dotada de alma y cuerpo, y que de este modo deben tener en cuenta al Creador, Dios. De hecho, podría diseñar oscuros escenarios para el futuro de la humanidad "el absolutismo de la técnica", que encuentra su máxima expresión en algunas prácticas contrarias a la vida”.
Aun frente a la complejidad de la actual situación mundial, el Papa ha afirmado que “la Iglesia mira al futuro con esperanza y recuerda a los cristianos que "el anuncio de Cristo es el primer y principal factor de desarrollo", y ha pedido la intercesión de la Virgen Maria para " caminar por la senda del desarrollo con todo nuestro corazón y nuestra inteligencia”.
Después del ángelus, el Santo Padre ha lanzado una llamamiento por Honduras y ha anunciado su salida para un breve período de descanso en el Valle de Aosta. Estas son sus palabras: " En estos días estoy siguiendo con profunda preocupación los acontecimientos de Honduras. Hoy quisiera invitaros a rezar por ese querido país para que, por intercesión materna de Nuestra Señora de Suyapa, los responsables de la nación y todos sus habitantes recorran con paciencia el camino del diálogo, de la comprensión recíproca y de la reconciliación. Esto es posible si, superando las tendencias particularistas, cada uno se esfuerza por buscar la verdad y perseguir con tenacidad el bien común: ¡esta es la condición para asegurar una convivencia pacífica y una auténtica vida democrática! Al querido pueblo hondureño le aseguro mi oración y le imparto una especial bendición apostólica.
Mañana, si Dios quiere, partiré con motivo de un breve período de descanso en la montaña. Viajaré al Valle de Aosta, a Les Combes, localidad que se hizo famosa por las estancias de mi querido predecesor Juan Pablo II y que yo también amo mucho. Al decir "hasta pronto" a la Plaza de San Pedro y a la ciudad de Roma, invito a todos a acompañarme con la oración. La oración no experimenta distancias ni separaciones: allí donde estamos, hace de nosotros un solo corazón y una sola alma. Y a propósito de salidas, aprovecho la ocasión para confirmar una vez más el deber de todos a la prudencia a la hora conducir en carretera y al respeto de las normas de tráfico. ¡Una buenas vacaciones comienzan precisamente por ahí. (S.L) (Agencia Fides 13/7/2009)


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