AFRICA/NIGERIA - Los ataques a las instalaciones petroleras y la ola de secuestros provocan graves daños a la economía nigeriana

jueves, 9 julio 2009

Lagos (Agencia Fides)- Continúan los ataques del Movimiento por la Emancipación del Delta del Níger (MEND) contra las instalaciones petroleras en Nigeria meridional, a pesar de la propuesta de amnistía presentada hace dos semanas por el Presidente Umaru Yar’Adua. El día de ayer, 8 de julio, el MEND envió a algunos órganos de información un comunicado en el que afirma haber saboteado dos oleoductos de dos compañías distintas en Nembe Creek, en el Estado de Bayelsa.
El anuncio del movimiento rebelde fue desmentido por el Joint Task Force, el grupo especial militar encargado de contrastar la acción del MEND, en el que se afirma que los milicianos fueron detenidos antes de que lograran explotar las cargas que habían sido colocadas en las instalaciones. Un portavoz militar precisó que estaban a la espera de los artificieros para poder extraer los explosivos. Sin embargo, las compañías propietarias de los oleoductos confirmaron los sabotajes y la interrupción del flujo de petróleo. Estos anuncios y desmentidas (la verdad podría estar en el medio, el flujo de petróleo estaría detenido hasta que se remuevan las cargas explosivas) es parte de la estrategia de la guerra mediática adoptada por el MEND, a la que las autoridades nigerianas han tenido que oponer una estrategia propia de gestión de la información. Con sus ataques a las instalaciones petroleras, anunciándolos con mensajes de e-mail dirigidos a los más importantes órganos de información internacional, el MEND a conseguido una gran notoriedad internacional, más aún cuando Shell, Agip y Chevron se han visto obligadas a reducir la producción petrolera en el Níger de por lo menos 273,000 barriles al día después de los repetidos ataques en las últimas seis semanas.
Además de los sabotajes el MEND es tristemente famoso por los secuestros de trabajadores petroleros. La plaga de secuestros de personas no se limita sólo al Delta del Níger sino que se ha convertido en una verdadera y auténtica actividad criminal extendida a casi toda la Nigeria. El Senado nigeriano ha iniciado una investigación sobre el problema, llamando a declarar a los responsables de los organismos nacionales de seguridad. Varios senadores han presentado una moción titulada “el aumento de los episodio de secuestro de rehenes en Nigeria”. En el documento se hace notar que “desde el 2005 los secuestros se han convertido en un evento cotidiano en Nigeria, difundiéndose primero en algunas regiones al sur y en otras del norte, después en el sureste y de ahí a todo el país, hasta la frontera con el desierto del Sahara. De hechos aislados al Delta del Níger, desde el 2005 los secuestros para obtener rescates se ha transformado en una industria nacional que causa vergüenza y sufrimiento”. Los autores de la moción se detienen en las consecuencias negativas para la imagen internacional del país, causada por los secuestros de centenares de extranjeros, muchos de los cuales empleados en la industria petrolera: “el país es percibido como inseguro y por consiguiente el flujo de inversiones extranjeras está disminuyendo”. (L.M.) (Agencia Fides 9/7/2009 líneas 36 palabras 515)


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