AMÉRICA/HAITÍ - Ayuda a la Iglesia que Sufre lanza una campaña a favor de Haití, el país más pobre de América Latina

miércoles, 24 junio 2009

Puerto Príncipe (Agencia Fides) - La Asociación católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) lanzó una campaña en ayuda a la población de Haití que sufre el drama la desnutrición infantil y una pobreza extrema que afecta al 55% de la población. Según los datos del Banco Mundial y UNICEF reconducidos por AIS la expectativa de vida en Haití es de 59 años; el 23% de los niños sufren desnutrición severa; un 42% de la población no tiene acceso a agua potable; la tasa de muertes antes de 5 años: 7,6%, es decir 21.000 niños anuales y un 47% de la población es analfabeta.
Según ha explicado la doctora Carmen Lagos, trabajadora voluntaria en un consultorio en las afueras de Puerto Príncipe en Haití “aún sabiendo que Haití es el país más pobre de Latinoamérica, hay realidades que son tan diferentes a las nuestras, que si uno no las ve, son difíciles de imaginar”. Así por ejemplo, en Haití “no es obvio tener agua, no es obvio prender la luz y que se prenda, no se puede dar por hecho que la gente sabe leer y escribir, ya que solo la mitad de los niños van al colegio”. Explica además como trabajando como médico le tocó vivir el sufrimiento de la gente por el aumento del precio de los alimentos debido a la crisis económica mundial y por ello, “al centro de salud donde yo trabajaba comenzaron a llegar cada vez más niños desnutridos”.
También Claudio Ramírez, Mayor un miembro de las Fuerzas de Paz de Chile en Haití explica como “la labor de las fuerzas de paz de la ONU es fundamental para sostener un mínimo orden y refundar la policía y el ejército de Haití”. Pero esto no basta pues “la educación y la dignificación de los haitianos no se logra sólo con fuerzas de paz extranjeras que garanticen una mínima estabilidad”. En ese sentido, la Iglesia Católica juega un papel fundamental “con la predicación por la paz, la educación y la labor social a través de las parroquias es una de las bases del futuro del país”.
La Campaña de Ayuda a la Iglesia que Sufre se centra fundamentalmente en tres proyectos: Programas de alfabetización radial; Reconstrucción de una parroquia que les permita encontrarse con Dios y su comunidad y renovación de la infraestructura de un centro de promoción y desarrollo para niños, jóvenes y adultos.
La agitación social y política ha conducido a Haití, una y otra vez, a violentos disturbios. En este contexto, los medios de comunicación tienen una importante responsabilidad para lograr la paz social. La forma en que se presentan las informaciones puede contribuir a superar o a aumentar las tensiones. Por eso, las 9 radios católicas del país se consideran “medios de pacificación” para la construcción de una justicia social. Las estaciones de radio, que reciben ayuda financiera del exterior, se agruparon en la "Red Estrella". AIS la apoya para costear los gastos de personal, tecnología y producción. Y en estas radios son muy importantes los programas de alfabetización para los oyentes que nacieron a petición de la Conferencia Episcopal haitiana, ya que la educación contribuye al desarrollo del país.
La parroquia a la que se ayudara es la de San Pedro en Fond-Pierre que se fundó el año 2004. Tiene 15.000 habitantes, todos muy pobres que viven de sus cultivos. La parroquia tiene 6 capillas pero no tienen propiamente un templo parroquial y en Fond-Pierre, sede de la parroquia, hay una antigua capilla tan dañada que es peligroso estar en ella por lo que la misa se celebra en un cobertizo.
Y el último proyecto es la renovación de la infraestructura del centro Emaús, destinado a la promoción de los niños, jóvenes y ancianos más necesitados de la diócesis de Hinche. Actualmente en ese centro se imparten programas para señoras, cursos de formación para catequistas, cursos de Biblia, de canto para la celebración de la liturgia, preparaciones para bautizos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios, y cursos sobre temas como “justicia y paz”, entre otros. Este es el único centro pastoral de la diócesis, por lo que su labor es muy importante. Pero se necesita un lugar donde sacerdotes y voluntarios puedan alojar de manera humilde, pero digna. (RG) (Agencia Fides 24/06/2009; Líneas 49, Palabras 704)


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