AMERICA/PERU - Conflicto de indígenas en el Amazonas: “En nombre de ese Dios de la vida, del amor y de la paz, condenamos con toda firmeza ese espectáculo inhumano que ha vivido nuestra patria. ¡No podemos en el país acostumbrarnos a que ese sea el modo de resolver los problemas!”

lunes, 8 junio 2009

Lima (Agencia Fides) - El Presidente de la Conferencia Episcopal del Perú, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM., Arzobispo de Trujillo y la Defensora del Pueblo, Dra. Beatriz Merino Lucero, han emitido un comunicado conjunto en el que lamentan profundamente el desenlace violento que viene ocurriendo en el departamento del Amazonas, en las ciudades de Bagua Chica y Bagua Grande, entre otras, que ha ocasionado la muerte de varios civiles y policías y un saldo de varios heridos.
“La vida es un valor supremo que en cualquier circunstancia debe ser protegida y privilegiada – se lee en el texto- , tanto la de nuestras comunidades nativas históricamente desatendidas, como las que quienes, en cumplimiento de su deber constitucional, procuran el restablecimiento del orden”. Por ello, realizan un llamamiento a serenidad y piden que cesen de forma inmediata los enfrentamientos entre compatriotas. Piden además que se atienda sin distinción a las personas heridas y que se restablezca lo antes posible “el canal del diálogo, que nunca debió ser interrumpido, y que debe ser utilizado como la única vía para resolver pacíficamente los conflictos”.
“Concientes de nuestro deber de protección de la vida y de los derechos fundamentales de las personas – concluye el comunicado -, invocamos a todas las autoridades y dirigentes a optar por el diálogo y la paz y nos mantenemos a disposición del país para colaborar en lo que nos sea requerido, a fin de devolver la tranquilidad a las poblaciones afectadas y a todo el Perú”.
El ejército en Perú ha establecido puntos de control y ha impuesto un toque de queda en las provincias de Bagua y Utcubamba, en el Estado Amazonas, en el norte del país, después de los enfrentamientos entre policías e indígenas que protestaban contra una serie de decretos legislativos que consideran "lesivos" para sus comunidades y que ha dejado ya, al menos, 47 muertos. Al menos 22 policías y nueve manifestantes murieron durante los disturbios, informaron las autoridades. Sin embargo, los indígenas sostienen que 30 indígenas perdieron la vida. Los problemas comenzaron el viernes 5 de junio, cerca de Bagua cuando los indígenas iniciaron sus protestas para oponerse a planes que autorizan la perforación en busca de petróleo y gas en tierra ancestral. Los manifestantes tomaron como rehenes a 38 policías.
El toque de queda, medida que se inicia a las 15:00 horas hasta las 06:00 horas del día siguiente tiene efecto inmediato, anunciaron las autoridades quienes revelaron que hay 72 personas arrestadas. En un comunicado, el presidente Alan García ha afirmado que Perú estaba sufriendo "una agresión subversiva contra la democracia" y afirmó que responderá "con serenidad y firmeza". Al tiempo que el ejército se desplegaba en el área, miles de indígenas con lanzas de madera aseguraron que continuarían bloqueando las carreteras si las fuerzas gubernamentales no ponían fin a los esfuerzos para dispersar a los manifestantes. Las tribus indígenas quieren obligar al Congreso a que revoque las nuevas leyes que promueven la minería extranjera en el bosque tropical. "No nos vamos a rendir hasta que den marcha atrás a esas leyes dañinas para nosotros", señaló otro de los cabecillas de la insurrección.
También el Arzobispo de Lima, el Card. Juan Luis Cirpriani Thorne ha condenado con fuerza estos actos de violencia durante la Santa Misa celebrada ayer 7 de junio en la Catedral de Lima. “En nombre de ese Dios de la vida, del amor y de la paz, condenamos con toda firmeza ese espectáculo inhumano que ha vivido nuestra patria. Me uno a cada uno de esos hogares que ya no tienen un ser querido, a quienes sirviendo a la patria han sido objeto de un asesinato vil. ¡No podemos en el país acostumbrarnos a que ese sea el modo de resolver los problemas”. Asi mismo ha pedido a Dios Príncipe de la paz que “nos ayude a tener la cabeza fría, el corazón en su sitio y a deponer situaciones de ventajas políticas para tratar de pasar esta situación tan complicada que se vive en estos días en el país”.
El Card. ha mostrado su “cercanía con las comunidades nativas en sus tradiciones y su cultura, pero no en su violencia” y ha animado a las autoridades a buscar “un camino intermedio en que respetando, las costumbres y tradiciones de los habitantes de la selva, sea factible hacer unas inversiones y unas mejoras”. (RG) (Agencia Fides 8/6/2009)


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