VATICANO - "En la escuela de Maria, nosotros también aprendemos a reconocer la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, a escuchar sus inspiraciones y a seguirle con docilidad": el Papa concluye el mes mariano en los jardines vaticanos

lunes, 1 junio 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El sábado por la tarde, 30 de mayo, ha tenido lugar en los jardines vaticanos, al final del mes mariano, la procesión con el rezo del Rosario. Al término de la celebración, presidida por el Card. Angelo Comastri, Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano y Arcipreste de la Basílica de San Pedro, el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los fieles presentes un discurso en el que ha puesto en evidencia la unión con Pentecostés: "También nosotros, en esta penúltima tarde de mayo, desde la colina Vaticana invocamos la efusión del Espíritu Paráclito sobre nosotros, sobre la Iglesia que está en Roma y sobre todo el pueblo cristiano. La gran fiesta de Pentecostés nos invita a meditar en la relación entre el Espíritu Santo y Maria, una relación estrecha, privilegiado, indisoluble".
"En el Nuevo Testamento vemos que la fe de Maria, podemos decir que 'atrae' el don del Espíritu Santo" ha explicado el Papa, recordando la concepción del Hijo de Dios, e inmediatamente después la visita a Isabel: "el Espíritu Santo hace saltar al niño en el seño de la anciana; y todo el diálogo entre las dos madres está inspirado por el Espíritu de Dios, sobre todo el cántico de alabanza con el que Maria expresa sus sentimientos profundos, el Magnificat. Todo el hecho del nacimiento de Jesús y de su primera infancia es conducido de manera casi palpable por el Espíritu Santo, aunque no siempre viene nombrado".
Podemos estar seguros de que el Corazón santísimo de Jesús en todo el arco de la vida escondida en Nazaret encontró siempre en el Corazón Inmaculado de la Madre un 'hogar' siempre encendido de oración y constante atención a la voz del Espíritu - ha continuado Benedicto XVI -. Testimonio de esta singular sintonía entre Madre e Hijo en la búsqueda de la voluntad de Dios, es lo que tuvo lugar en las bodas de Cana… el 'vino bueno' hace referencia al misterio de la Sangre de Cristo. Este nos conduce directamente al Calvario… la Madre y al discípulo recogen espiritualmente el testamento de Jesús: sus últimas palabras y su última respiración, en el que Él comienza a infundir el Espíritu; y recogen el grito silencioso de su Sangre, completamente derramado para nosotros… Así la fe de Maria sostiene la de los discípulos hasta el encuentro con el Señor resucitado, y siguió a también acompañándolos después de su Ascensión al cielo… En Pentecostés, la Virgen Madre aparece de nuevo como Esposa del Espíritu, por una maternidad universal respecto a todos los que son engendrados por Dios por la fe en Cristo".
El Pontífice ha concluido su reflexión, antes de impartir la Bendición, con esta exhortación: "en la escuela de Maria, nosotros también aprendemos a reconocer la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida, a escuchar sus inspiraciones y a seguirle dócilmente. Él nos hace crecer según la plenitud de Cristo, según aquellos frutos buenos que el apóstol Pablo enumera en la Carta a los Galatas: "Amor, alegría, paz, magnanimidad, benevolencia, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de si" (Gal 5,22). Deseo que seáis colmados con estos dones y que caminéis siempre con Maria según el Espíritu". (S.L) (Agencia Fides 1/6/2009)


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