ASIA/PAKISTÁN - Dos millones de civiles refugiados: prosigue el compromiso de la Iglesia en la asistencia pero “la situación puede degenerar de un momento a otro”, dice una fuente de Fides en la Iglesia local

martes, 19 mayo 2009

Islamabad (Agencia Fides) – Sigue sin parar la hemorragia de los prófugos pakistaníes del valle de Swat para encontrar refugio y para no caer víctimas de los combates entre el ejército regular y los milicianos talibanes que azotan la región.
La Iglesia, la Caritas y otras organizaciones y asociaciones católicas se han movilizado para asistir, tanto en los territorios adyacentes al distrito de Swat, cuanto en las ciudades de Islamabad y Rawalpindi, donde los prófugos siguen llegando: van en búsqueda de un lugar seguro donde acampar, a la espera de poder regresar a sus casas, una vez que hayan terminado los combates que, según el jefe de las Fuerzas Armadas pakistaníes podrían extenderse al menos por tres meses.
“La situación es todavía muy confusa y es concretamente difícil lograr organizar ayudas para esta gran masa de personas en extrema dificultad”, afirma una fuente de Fides en la Iglesia local, que pide el anonimato por motivos de seguridad. “Es necesario estar muy atentos: no se trata sólo de una tragedia humanitaria: estamos en medio de un conflicto que puede degenerar en cualquier momento”, añade con preocupación. La tensión es palpable: están en juego grupos fundamentalistas con sus instancias, prófugos reducidos al extremo de sus fuerzas y al límite de la desesperación, la gente de las ciudades que se siente improvisamente “invadida por una oleada de gente en condiciones de extrema miseria”, la policía que, para mantener el orden público, está transfiriendo a los prófugos a nuevos lugares. Todo ello constituye una situación potencialmente explosiva, “por esto es fundamental moverse con extrema prudencia”, señala la fuente de Fides.
Pero las ayudas de emergencia escasean y en la capital Islamabad no se han tomado medidas de acogida de ningún tipo: el trabajo de la Iglesia trata, entonces, también de colmar el vacío de las instituciones públicas.
En tanto los civiles en fuga de los choques en el Noroeste de Pakistán son más de dos millones, de los cuales 1,4 millones desde el 2 de mayo pasado: lo ha anunciado en Ginebra el Alto Comisario de la Onu para los refugiados (Acnur) Antonio Guterres, que ha regresado de una misión en el lugar. Según el Acnur, se trata de una de las crisis más dramáticas de los tiempos recientes. “Desde hace largo tiempo no asistíamos a un éxodo semejante. Es necesario regresar al 1994 en Ruanda. Se trata de un número enorme de personas”, dijo Ron Redmond, portavoz de la agencia Onu. Específicamente, “un total de 1.454.377 personas se han registrado (como prófugos internos, ndr) desde el 2 de mayo”, sostiene el Acnur. “Estos refugiados se suman a los 553.916 prófugos internos ya registrados en la provincia de la frontera noroeste desde agosto del 2008”, lo que lleva a 2.008.293 el número total de refugiados, añade la agencia de la Onu. “Dejar la población sin ayuda podría constituir un enorme factor desestabilizador”, advirtió Guterres. (PA) (Agencia Fides 19/5/2009 líneas 32 palabras 480)


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