VATICANO - Benedicto XVI a los Obispos del Perú en visita Ad Limina: "una Iglesia en misión relativiza sus problemas internos y mira con esperanza e ilusión al porvenir"

martes, 19 mayo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "También hoy, como a lo largo de toda la historia de la Iglesia, es imprescindible cultivar el espíritu de comunión, valorando las cualidades de cada uno de los hermanos que la divina Providencia ha querido poner a nuestro lado. De esta manera, los distintos miembros del Cuerpo de Cristo logran ayudarse mutuamente para llevar a cabo el quehacer cotidiano". Es la recomendación del Santo Padre Benedicto XVI a la Conferencia Episcopal del Perú, recibido en audiencia el 18 de mayo, con ocasión de la visita Ad Limina Apostolorum.
Después de haber subrayado que "la unidad auténtica en la Iglesia es siempre fuente inagotable de espíritu evangelizador", el Santo Padre ha expresado su complacencia por el hecho de que el impulso misionero promovido por la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, tenida en Aparecida, y sobre todo la "Misión continental", ha sido acogido en los distinguidos planes pastorales. "Ciertamente, una Iglesia en misión relativiza sus problemas internos y mira con esperanza e ilusión al porvenir - ha subrayado el Pontífice -. Se trata de relanzar el espíritu misionero, no por temor al futuro, sino porque la Iglesia es una realidad dinámica y el verdadero discípulo de Jesucristo goza transmitiendo gratuitamente a otros su divina Palabra y compartiendo con ellos el amor que brota de su costado abierto en la cruz. En efecto, cuando la belleza y la verdad de Cristo conquistan nuestros corazones, experimentamos la alegría de ser sus discípulos y asumimos de modo convencido la misión de proclamar su mensaje redentor”.
Siguiendo el ejemplo de santo Toribio de Mogrovejo y de tanto otros santos Pastores, el Papa ha invitado a los Obispos los primeros "a vivir como audaces discípulos y misioneros del Señor”: " La asidua visita pastoral a las comunidades eclesiales —también a las más alejadas y humildes—, la oración prolongada, la esmerada preparación de la predicación, vuestra paterna atención a los sacerdotes, a las familias, a los jóvenes, a los catequistas y demás agentes de pastoral, son la mejor forma de sembrar en todos el ardiente deseo de ser mensajeros de la Buena Noticia de la salvación, abriéndoos al mismo tiempo las puertas del corazón de aquellos que os rodean, sobre todo de los enfermos y los más necesitados”.
El Santo Padre ha exhortado después a los Obispos peruanos "a acompañar y animar fraternalmente a los religiosos y religiosas presentes en vuestras Iglesias particulares, para que, viviendo con fidelidad los consejos evangélicos según el propio carisma, continúen dando un vigoroso testimonio de amor a Dios, de adhesión inquebrantable al Magisterio de la Iglesia y de colaboración solícita con los planes pastorales diocesanos”.
El último pensamiento del Papa ha sido para los peruanos que no tienen un trabajo ni adecuadas prestaciones educativas y sanitarias, para los que viven en los suburbios de las grandes ciudades y en zonas aisladas, para quienes han caído en manos de la drogadicción o la violencia: “No podemos desentendernos de estos hermanos nuestros más débiles y queridos por Dios, teniendo siempre presente que la caridad de Cristo nos apremia”.
Concluyendo su discurso, Benedicto XVI ha pedido al Señor Jesús que ilumine a los Obispos en su servicio pastoral al Pueblo de Dios, ayudándoles a superar los momentos de desaliento, invitándoles a transmitir su afectuoso saludo a los Obispos eméritos, a los sacerdotes, a los diáconos y a los seminaristas, a las comunidades religiosas y a los fieles del Perú. "Que María Santísima, Nuestra Señora de la Evangelización, os proteja siempre con su amor de Madre”. (S.L) (Agencia Fides 19/5/2009)


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