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Phnom Penh (Agencia Fides) – El Seminario Mayor de Phnom Penh, en el contexto de la formación permanente, organizó, del 5 al 7 de mayo, un Seminario sobre el tema “Cultura e Inculturación”. Para la ocasión el p. Bruno Cosme, MEP, Rector del Seminario San Juan María Vianney de Phnom Penh, invitó a Mons. Thomas Manamparampil, Arzobispo de Guwahati, al noreste de la India, para guiar las reflexiones de los cerca de cincuenta participantes entre sacerdotes, religiosas y laicos, venidos de las tres circunscripciones eclesiásticas de Camboya. Mons. Menamparampil recibió del Santo Padre el encargo de preparar las meditaciones para el Via Crucis del Coliseo el pasado Viernes Santo.
El tema de la Cultura y de la Inculturación está cada vez más en el centro de las reflexiones del mundo actual. Desde hace algunas décadas los temas principales de los debates internacionales giran sobre todo en torno a cuestiones como la independencia política o los equilibrios económicos. Asimismo, el tema de la fe en la ciencia o en la tecnología ocupa un gran número de tablas redondas, y esto independientemente de las diferencias culturales, frecuentemente consideradas de orden secundario.
Pero parece que algo está cambiando. Hoy en día las personas están más atentas a las diversidades culturales, étnicas, religiosas y morales, con todas sus consecuencias sociales. Las certezas parecen vacilar frente a las profundas transformaciones de los últimos años. La cultura, en cierto sentido, está en el centro de las aspiraciones y de las ansias de los pueblos. La defensa de la cultura se ha situado en el centro de las preocupaciones.
Los cristianos no pueden permanecer indiferentes frente a esta nueva perspectiva. El anuncio del Evangelio está fuertemente ligado a un contexto, a una cultura, a una lengua, sobre los cuales es necesario reflexionar. Durante los tres días del Seminario, el Arzobispo Menamparampil, portador de una intensa experiencia personal al ser parte de una minoría étnica en su arquidiócesis, en una situación pluricultural y plurirreligiosa, animó a los participantes a compartir entre ellos –lo que hicieron con gran interés–, sus experiencias en el ámbito de las comunidades católicas de Camboya, país en el que el 95 % de los habitantes profesa la religión budista.
Es necesario tomar muy en cuenta la situación de la Iglesia Católica en Camboya, en la que prácticamente todos los sacerdotes y religiosos son extranjeros. En efecto, durante el periodo del Khmer Rouge, de 1975 a 1979, todos los Obispos y sacerdotes fueron asesinados. Con la apertura del país a los misioneros, en 1990, la Iglesia, con paciencia y mucho coraje, ha ido resurgiendo. Es importante por ello reflexionar seriamente sobre el modo en el que la palabra de Dios puede ser anunciada al pueblo camboyano de manera comprensible.
Mons. Menamparampil ha destacado en muchas ocasiones que la atención respetuosa a la cultura local, además que a la lengua, la preocupación por mantener relaciones humanas armoniosas, el adaptarse a las necesidades de a quienes somos invitados a acercarnos, el estudio detallado de los signos de los tiempos y la prioridad dada al servicio de las comunidades cristianas, nos permiten valorar la belleza de la misión recibida del Señor.
“Listos siempre para responder a quien os pida razón de la esperanza que está en vosotros” (1Pe 3,15). Durante tres días, el Seminario sobre “Cultura e Inculturación” fue una invitación a los participantes a no perder de vista lo esencial de la reflexión propuesta: la atención a la cultura y a cómo los cristianos anuncian el Evangelio en su propio país, deben llevar a hacer más evidente la esperanza que está en ellos. (PB) (Agencia Fides 15/5/2009; líneas 45, palabras 609
