VATICANO - Benedicto XVI en Tierra Santa (24) - Vísperas en el Santuario de la Anunciación: “¡Tened el valor de ser fieles a Cristo y permaneced aquí en la tierra que Él santificó con su presencia!”

viernes, 15 mayo 2009

Nazareth (Agencia Fides) – A las 17.30 horas del jueves 14 de mayo, el Santo Padre Benedicto XVI ha presidido la Celebración de las Vísperas con los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos eclesiales y agentes pastorales de Galilea, en la Basílica Superior del Santuario de la Anunciación de Nazareth.
"Para mí es fuente de profunda conmoción estar presente con vosotros - ha dicho el Pontífice en la homilía - en el lugar donde la Palabra de Dios se hizo carne y vino a habitar entre nosotros. ¡Qué oportuno es encontrarnos aquí reunidos para cantar la oración de las vísperas de la Iglesia, alabando y dando gracias a Dios por las maravillas que ha hecho por nosotros!... Lo que sucedió aquí en Nazaret, lejos de la mirada del mundo, fue un acto singular de Dios, una potente intervención en la historia a través de la cual, un niño fue concebido para traer la salvación al mundo entero. El prodigio de la Encarnación continúa desafiándonos a abrir nuestra inteligencia a las ilimitadas posibilidades del poder transformador de Dios, de su amor por nosotros, de su deseo de estar en comunión con nosotros. Aquí el eterno Hijo de Dios se convirtió en hombre, e hizo posible para nosotros, sus hermanos y hermanas, el compartir su filiación divina”.
Citando la narración evangélica de la Anunciación, el Papa ha subrayado que "cuando nuestro Señor Jesucristo fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno virginal de María, Dios se unió con nuestra humanidad creada, entrando en una permanente nueva relación con nosotros e inaugurando la nueva Creación". Dios “no se impone a sí mismo, no predetermina sencillamente la parte que María tendrá en su plan de salvación: él busca ante todo su ascenso. En la creación original obviamente no era cuestión que Dios pidiera el consentimiento de sus criaturas, pero en esta nueva Creación él lo pide. María está en el puesto de toda la humanidad. Ella habla por todos nosotros cuando responde a la invitación del ángel”.
La respuesta afirmativa de Maria inauguró "un nuevo y definitivo capítulo de la historia del mundo - ha continuado Benedicto XVI -. Y la Palabra de Dios se hizo carne. Reflexionar sobre este alegre misterio nos da esperanza, la segura esperanza de que Dios continuará conduciendo nuestra historia, actuando con poder creativo para realizar los objetivos que serían imposibles para el cálculo humano. Esto nos desafía a abrirnos a la acción transformadora del Espíritu Creador que nos hace nuevos, que nos hace una sola cosa con Él y nos llena de su vida. Nos invita, con exquisita gentileza, a consentir que él habite en nosotros, a acoger la Palabra de Dios en nuestros corazones, haciéndonos capaces de responderle con amor, e salir con amor el uno hacia el otro”.
El Santo Padre ha afirmado a continuación que la actual situación de minoría de los cristianos en el Estado de Israel y en los Territorios Palestinos "nos recuerda la situación de la joven virgen María, que llevó una vida escondida en Nazaret, con pocas cosas del ambiente cotidiano en cuanto a la riqueza y a la influencia mundana", después ha exhortado: "¡Saquemos fuerza del cántico de María, que dentro de poco cantaremos en unión con la entera Iglesia de Todo el mundo! ¡Tened el valor de ser fieles a Cristo y permaneced aquí en la tierra que Él santificó con su presencia! Como María, tenéis un papel que desempeñar en el plan divino de la salvación, llevando a Cristo en el mundo, dando testimonio de Él y difundiendo su mensaje de paz y unidad… Vuestra unidad en la fe, en la esperanza y en el amor es un fruto del Espíritu Santo que habita en vosotros y os hace capaces de ser instrumentos eficaces de la paz de Dios, ayudándoos a construir una genuina reconciliación entre los diversos pueblos que reconocen a Abraham como su padre en la fe". Al término de la Celebración de las Vísperas, el Santo Padre ha regresado a la Delegación Apostólica de Jerusalén. (S.L) (Agencia Fides 15/5/2009)


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