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Islamabad (Agencia Fides) – El éxodo de los prófugos del valle de Swat, donde continúan los enfrentamientos entre los militares pakistaníes y los grupos talibanes, ha llegado a los alrededores de las grandes ciudades pakistaníes cercanas. Por lo menos 2,000 familias, subdividas en ocho campamentos improvisados, en las periferias de la capital Islamabad y de Rawalpindi. “Estamos ante una verdadera emergencia humanitaria ya que los refugiados se encuentran en la miseria más absoluta, no tienen ningún tipo de servicios higiénicos-sanitarios, alimentos o de asistencia médica” comunica a Fides con preocupación una fuente de la Iglesia local que prefiere el anonimato.
De hecho, millares de personas han superado el anillo de campos para refugiados predispuestos por el Alto Comisionado Onu para los Refugiados (Acnur) en las zonas confinantes con el valle de Swat, que han sido ya sobrepasados en su capacidad máxima, por lo que continúan su camino hacia Islamabad y hacía Rawalpindi, donde esperan encontrar mejor suerte.
“Pero la situación es grave. Se trata de una emergencia improvista que ha cogido a las autoridades locales y a la población desprevenida. No hay nada predispuesto para acoger a los refugiados y se han acomodado como han podido. El peligro principal, puesto en evidencia por las autoridades nacionales de salud, es del de una epidemia, por la ausencia de servicios higiénicos” revelan las fuentes de Fides.
“Las autoridades civiles de las dos ciudades –continúa– están corriendo hacia los refugios para tratar de implementar los servicios mínimos de acogida. La población ciudadana mira con desconfianza a esta gran ola de gente totalmente despojada, obligada a mendigar. Continúan los llamados a vivir la solidaridad, con alimento, zapatos, vestido. Actualmente no hay ONG’s dedicadas atender a estas miles de personas”.
La red de los movimientos y de diversas realidades católicas se está organizado para hacer una contribución de asistencia humanitaria: las Misioneras de la Caridad, Caritas, el Movimiento Focolar y otros grupos eclesiales están preparando intervenciones de urgencia para salir al encuentro de las necesidades básicas de los evacuados. “Buscaremos poner en práctica los principios de la caridad cristiana frente a esta pobre gente, que es en su mayoría de religión musulmana”, afirma la fuente de Fides.
La esperanza está en que la violencia en Swat termine lo más pronto posible, que el ejército retome el control del territorio y que los refugiados puedan regresar a sus casas y a sus aldeas: todo lo que tienen es una pequeña casa, un pedazo de terreno o algo de ganado que esperan poder recuperar lo más pronto posible. (PA) (Agencia Fides 13/5/2009; líneas 31, palabras 421)
