ASIA/FILIPINAS - Mensajes y reconocimientos por el 25º del movimiento para el diálogo “Silsilah”

miércoles, 13 mayo 2009

Zamboanga (Agencia Fides) – 25 años hablando de paz y reconciliación, sembrando esperanza, construyendo diálogo, respeto y armonía, en un contexto atravesado por violencia, ataques y odio: el trabajo del movimiento para el dialogo islámico cristiano “Silsilah”, activo desde hace un cuarto de siglo en Filipinas del Sur (1984-2009), ha dado frutos abundantes y ha obtenido reconocimientos en todo el mundo.
El Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso envió un mensaje de aliento en el que se afirma que “Silsilah puede contribuir en facilitar el recorrido hacia la paz entre personas y pueblos de diversa religión en Filipinas y en el mundo”, notando la importancia de una realidad que promueva los valores del dialogo, de la armonía y de la reconciliación, especialmente en zonas donde existen conflictos.
La Conferencia Episcopal de Filipinas ha destacado que “Silsilah” ha creado en el país “un vínculo vital entre cristianos y musulmanes”, ayudando a superar difidencias y recíprocas sospechas. El movimiento, se afirma, “ha facilitado viajar entre una cultura y otra”, ha sido y es un lugar donde “aprender a apreciar la religión y la cultura del otro”, poniendo a la luz los valores comunes que existen entre la religión cristiana y la musulmana, contribuyendo sobre todo a la educación de las nuevas generaciones, según el principio del dialogo y de la paz.
“Silsilah es una experiencia única, porque no tiene precedentes en la historia de las relaciones islámico cristianas”, afirma la “Bishop Ulama Conference”, que reúne a Obispos y líderes islámicos en Filipinas. El movimiento “ha dado un significativo aporte a la promoción de la recíproca compresión y colaboración”, siendo así un catalizador del “desarrollo de un auténtico proceso de pacificación en esta parte del mundo”.
A P. Sebastiano D’Ambra, el misionero del PIME fundador de “Silsilah”, han llegado además numerosos mensajes de felicitaciones: todos esperan que el movimiento puede continuar su labor, enraizándose cada vez más en la cultura y en la sociedad de Filipinas, extendiendo su Espíritu y su acción en otras partes del mundo, sobre todo en los escenarios del conflicto. (PA) (Agencia Fides 13/5/2009; líneas 28, palabras 354)


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