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Islamabad (Agencia Fides) – Hay miles de familias cristianas y de religión sij entre los prófugos que, de un momento a otro, han abandonado casas, tierras, haciendas, poblados en el valle de Swat para escapar del conflicto que ve el choque entre el ejército regular de Pakistán y los militantes talibanes.
Como ha sabido la Agencia Fides, las organizaciones civiles para la tutela de las minorías religiosas en Pakistán están monitoreando el éxodo de los refugiados que en los últimos días ha aumentado notablemente, constatando la presencia de numerosas familias cristianas y sij, obligadas a dejar los distritos de Swat, Buner, Shangla y Lower Dir, todos en la Provincia de la Frontera del Noroeste, donde los militares pakistaníes han lanzado la ofensiva contra los talibanes.
En el área está en curso una crisis humanitaria (ver Fides 11/5/2009) que se está agravando y, según las organizaciones internacionales, puede transformarse en tragedia.
Numerosas familias cristianas habían ya huido antes, víctimas de intimidaciones y amenazas por parte de los integralistas islámicos que, durante los dos años pasados, han ensanchado su influencia y han ocupado mayor lugar en la sociedad, imponiendo leyes y costumbres islámicas, obligando al cierre de escuelas y ejercicios comerciales cristianos, asumiendo de hecho el control de las calles y de la burocracia (ver Fides 6/11/2008 e 11/9/2007). La situación ha empeorado cuando el gobierno pakistaní ha legitimado la imposición de la sharia en la Provincia (ver Fides 16/4/2009).
Hoy el flujo de los prófugos cristianos está en aumento: el valle de Swat se ha vaciado y difícilmente las familias hoy exiliadas podrán volver a sus tierras. Ello será posible sólo si el ejército pakistaní retomará el absoluto y definitivo control del territorio, renovando el estado de derecho y las libertades fundamentales para todos los ciudadanos, incluyendo a los de religión no islámica, muchos de los cuales viven en el vallo desde hace más de 60 años.
Centenares de familias cristianas durante los días pasados han alcanzado la localidad de Rasalpur, testimoniando directamente sus dificultades, las amenazas y las violencias sufridas en manos de los talibanes. Las mujeres, por ejemplo, eran obligadas a cubrirse completamente el rostro, bajo pena de azotes y maltratos. La misma suerte para cerca de 2000 prófugos sij que, durante los días pasados han alcanzado algunas localidades de la provincia del Punjab, en donde establecerse a la espera del fin de las hostilidades.
Según estimaciones del gobierno, en Swat y en los distritos cercanos hay cerca de 5000 talibanes armados y bien equipados que están resistiendo a la presión de la artillería pakistaní, gracia a lugares estratégicos construidos en las áreas montañosas.
Según algunos líderes civiles locales, los talibanes no dudan en usar a los civiles como escudos humanos, buscando alienar las simpatías de la población de los militares pakistaníes. Actualmente la acción lanzada por el gobierno ha sido favorecida por la mayoría de la población pakistaní, que pide la recuperación del estado de derecho sobre todo el territorio del país. Sólo algunas formaciones políticas de matriz islámica extremista han criticado la acción del gobierno. (PA) (Agencia Fides 12/5/2009 líneas 37 palabras 508)
