VATICANO - Benedicto XVI en Tierra Santa (6) - Celebración de los Vísperas: "¡La voz auténtica de la fe siempre traerá integridad, justicia, compasión y paz!”

lunes, 11 mayo 2009

Amman (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI ha presidido en la Catedral Greco-Melquita de S. Jorge en Amman, a las 17.30 horas del sábado 9 de mayo, la Celebración de las Vísperas según el rito greco-melquita, en las que han participado los sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y miembros de Movimientos eclesiales. Estaban presentes sacerdotes, religiosos y fieles de los diversos ritos católicos. En la homilía, después de haber saludado y agradecido a los presentes, el Santo Padre ha recordado que "la Iglesia misma es un pueblo peregrino; como tal, a través de los siglos, ha estado marcado por acontecimientos históricos determinantes y por penetrantes vicisitudes culturales. Por desgracia, entre algunas de éstas se han dado períodos de disputas teológicas o de represión. Sin embargo, ha habido momentos de reconciliación, que han fortificado maravillosamente la comunión en la Iglesia, y tiempos de fecundo renacimiento cultural al que han contribuido decisivamente los cristianos orientales… El antiguo tesoro viviente de las tradiciones de las iglesias orientales enriquece a la Iglesia universal y no debe ser entendido nunca como un simple objeto que hay que custodiar pasivamente. Todos los cristianos están llamados a responder activamente al mandato de Dios - como lo hizo dramáticamente san Jorge, según la narración popular - para llevar a los demás a conocerle y amarle”.
El Papa ha recordado los antiguos lazos de unión con el Patriarcado de Antioquia y el arraigamiento en el Cercano Oriente, después las numerosas iniciativas de caridad que “se extienden a todos los jordanos - Musulmanes y de otras religiones - y también al vasto número de refugiados que acoge este reino tan generosamente". Acercando después al primer Salmo (103) de las Vísperas - que presenta imágenes gloriosas de Dios, Creador generoso, activamente presente en su creación - y el pasaje de la epístola - que pone en guardia sobre la exigencia de estar atentos, de ser conscientes de las fuerzas del mal que actúan para crear oscuridad en nuestro mundo (cfr Ef 6, 10-20) - el Pontífice ha subrayado que, más allá de la aparente contradicción, "reflexionando sobre nuestra experiencia ordinaria humana reconocemos la lucha espiritual, advertimos la necesidad diaria de entrar en la luz de Cristo, de escoger la vida, de buscar la verdad. De hecho, este ritmo - sustraernos al mal y rodearnos con la fuerza de Dios - es lo que celebramos en cada Bautismo: la entrada en la vida cristiana, el primer paso a través de la senda de los discípulos del Señor”.
Dirigiéndose después a los Obispos, a los sacerdotes, religiosos y religiosas, y a los fieles laicos, el Santo Padre ha recordado que "los respectivos papeles de servicio y misión dentro de la Iglesia son la respuesta incansable de un pueblo peregrino. Vuestras liturgias, las disciplina eclesiástica y el patrimonio espiritual son un testimonio vivo de vuestra tradición. Amplificáis el eco de la primera proclamación del Evangelio, reaviváis los antiguos recuerdos de las obras de Dios, hacéis presentes sus gracias de salvación y difundís de nuevo el primer rayo de la luz pascual y el crepitar de las llamas de Pentecostés". Citando después la enorme variedad de trabajos apostólicos, todo muy apreciados, han puesto en evidencia que su presencia en esta sociedad "es una maravilloso signo de la esperanza que nos caracteriza como cristianos" y "dicha esperanza llega mucho más allá de las fronteras de nuestras comunidades cristianas”.
Por fin, animando a quienes están en formación para el sacerdocio y la vida religiosa, el Papa ha dicho: "Guiados por la luz del Señor resucitado, encendidos por su esperanza y revestidos de su verdad y amor, vuestro testimonio traerá abundantes bendiciones a quienes encontraréis en vuestro camino". Y luego ha exhortado a todos los jóvenes Cristianos jordanos: "no tengáis miedo de dar vuestra contribución sabia, acompasada y respetuosa a la vida pública del reino. ¡La voz auténtica de la fe siempre traerá integridad, justicia, compasión y paz!” (S.L) (Agencia Fides 12/5/2009)


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