VATICANO - Benedicto XVI en Tierra Santa (2) - La visita al Centro Regina Pacis: " Vengo sencillamente con una intención y una esperanza: rezar por el precioso regalo de la unidad y de la paz, más concretamente por Oriente Medio”

lunes, 11 mayo 2009

Amman (Agencia Fides) - "A diferencia de los peregrinos de otra época yo no traigo regalos u ofertas. Vengo sencillamente con una intención y una esperanza: rezar por el precioso regalo de la unidad y de la paz, más concretamente por Oriente Medio. La paz para los individuos, para los padres y los hijos, para las comunidades, paz para Jerusalén, para Tierra Santa, para la región, para toda la familia humana; la paz duradera engendrada por la justicia, la integridad y la compasión, que brota de la humildad, del perdón y del deseo profundo de vivir en armonía como una realidad única" Son las palabras pronunciadas por el Santo Padre Benedicto XVI la tarde del viernes 8 de mayo, durante la visita al centro Regina Pacis de Amman que acoge a personas disminuidas.
En su discurso el Papa ha saludado con gran afecto a los presentes, y en particular a los miembros del Comité Central, las Religiosas Combonianas y el personal laico que trabaja en el Centro, además de los jóvenes presentes. Luego ha dicho: "Es una gran alegría para mí estar aquí con vosotros. Como sabéis, mi visita al Centro Nuestra Señora de la Paz, aquí, en Ammán, es la primera etapa de mi peregrinación. Como miles de innumerables miles de peregrinos antes que yo, ahora me toca satisfacer ese profundo deseo de tocar, de encontrar apoyo en los lugares en los que vivió Jesús y que fueron santificados por su presencia, y de venerarlos”.
El Pontífice ha señalado a continuación que "cada uno de nosotros es un peregrino. Todos estamos orientados a avanzar decididamente por el camino de Dios. Naturalmente, después tendemos a volver a atrás la mirada, hacia el recorrido de la vida --en ocasiones con arrepentimientos y recriminaciones, con frecuencia con gratitud y aprecio--, pero de todos modos seguimos adelante, a veces con trepidación y ansia, siempre con expectativa y esperanza, sabiendo que hay otros que nos alientan en el camino". Dirigiéndose luego a los acogidos en el Centro, ha dicho que sabe que los viajes que han conducido a muchos de ellos a esta estructura “han estado marcados por el sufrimiento y las pruebas" y ha alabado la labor del Centro "en sensibilizar sobre el puesto que corresponde a los inválidos en la sociedad y asegurar que se ofrezcan los medios adecuados para facilitar su válida integración”.
" A veces es difícil encontrar una razón para aquello que se nos presenta sólo como un obstáculo que superar o como una prueba -física o emotiva- que soportar - ha continuado el Papa en su discurso -. Pero la fe y la razón nos ayudan a ver un horizonte más allá de nosotros para imaginar la vida como Dios la quiere. El amor incondicional de Dios, que da la vida a cada individuo, tiene un significado y un objetivo para cada vida humana. Su amor salva. Como lo profesan los cristianos, a través de la Cruz, Jesús nos introduce en la vida eterna y de este modo nos indica el camino hacia el futuro, el camino de la esperanza que guía cada paso que damos a través del camino, de manera que también nosotros nos convertimos en difusores de esta esperanza y caridad para los demás”. (S.L) (Agencia Fides 12/5/2009)


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