AMERICA/ANTILLAS - Mensaje final al termino de la Asamblea Plenaria sobre la Misión Continental: “esta es nuestra hora como Iglesia, un tiempo de gracia y un nuevo Pentecostés. No podemos dejar pasar esta oportunidad”

lunes, 11 mayo 2009

Martinica (Agencia Fides) – Los Obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC) han emitido un mensaje a todo el pueblo de Dios al termino de la Asamblea Plenaria realizada a finales de abril, que lleva por titulo “Discípulos y Misioneros de Jesucristo, para que los pueblos tengan vida en El”. En el Mensaje los Obispos recuerdan la V Conferencia General celebrada en mayo del 2007 en Aparecida (Brasil) que reunió a más de 200 Obispos de América Latina y el Caribe junto a numerosos sacerdotes, religiosos y delegados laicos “en un esfuerzo por construir la comunión y la solidaridad entre las iglesias locales y desarrollar una común visión de la Iglesia”. Además, continua el Mensaje, “los Obispos manifestaron el deseo de dar un nuevo impulso a la evangelización para asegurar el crecimiento continúo y la madurez en la fe”.
Los Obispos de las Antillas afirman que “la Iglesia del Caribe, en solidaridad y comunión pastoral con la Iglesia en América Latina, ha aceptado el reto de formar discípulos y misioneros en Jesucristo, para que nuestros pueblos tengan vida”. Al mismo tiempo recuerdan que todos en la Iglesia están llamados a ser discípulos y misioneros, lo cual requiere “una nueva forma de pensar, de ver y de actuar. Requiere formación para los clérigos, los religiosos y todo el pueblo de Dios en orden a cumplir su misión con responsabilidad y coraje”.
Para los Obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas “Aparecida es un punto de partida de la Nueva Evangelización para los Pueblos que refuerza la opción preferencial de la Iglesia por los pobres y por los jóvenes y le compromete a defender a los que son débiles”. Consideran además que Aparecida constituye un llamamiento a los lideres para “defender la verdad y respetar la vida y la dignidad de toda persona” a la vez que ofrece una contribución para la promoción de la cultura de la honestidad que podrá sanar las raíces de toda forma de violencia, enriquecimientos ilegales y corrupción generalizada”.
“Hermanos y hermanas – concluye el Mensaje – esta es nuestra hora como Iglesia, un tiempo de gracia y un nuevo Pentecostés. No podemos dejar pasar esta oportunidad. La visión debe convertirse en realidad. Desde este momento oirán numerosas referencias a Aparecida y a lo que significa para nosotros en nuestro caminar como Iglesia en sus diócesis y en la región”. (RG) (Agencia Fides 11/5/2009)


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