AMERICA/CHILE - “El país no puede renunciar a los grandes valores sobre los cuales se ha construido, valores que la Iglesia declara irrenunciables”: Mensaje de los Obispos al termino de la Asamblea Plenaria

miércoles, 29 abril 2009

Las Casas (Agencia Fides) - En el mensaje final al termino de la 97º Asamblea Plenaria celebrada del 20 al 24 de abril, la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) ha recordado una vez más que "la Iglesia, discípula del Evangelio de la Vida, se opone a toda intervención que busque la eliminación de la vida en gestación". Recuerdan que “nada ni nadie puede usurpar la vocación que el Dios creador y redentor dio a cada vida humana: llegar a participar de su amor, su felicidad y su paz”. Por ello, muestran su preocupación de que “en el contexto de las elecciones sea planteado un tema de tanta gravedad como el falsamente llamado ‘aborto terapéutico’”. “Un cristiano- se lee en el texto - debe ser un artesano y testigo de la cultura de la vida y está llamado a defender y privilegiar siempre la vida sin exclusión”.
Respecto a la crisis los Obispos manifiestan su preocupación especial por la vida de los pobres, así como por la realidad que vive la inmensa mayoría de la clase media del país. “Desde nuestras diócesis – afirman - conocemos muy bien cómo la crisis está afectando a muchos sectores de sus familias y habitantes”. Para los Prelados “la crisis financiera mundial, cuyas nefastas consecuencias percibimos a diario, tiene un origen mucho más grave, que dice relación con el extravío de los valores éticos y la consecuente vida moral”. Por ello realizan un llamamiento a las comunidades a ser solidarios y a cuidar responsablemente las fuentes de trabajo y apelan “a la creatividad y a la responsabilidad social del Estado, de los empresarios y de los mismos trabajadores, para no perder fuentes de trabajo y promover nuevos puestos laborales” y a “buscar propuestas para una economía que respeten las nociones de equidad, justicia y bien común, y abra camino a los pobres para que vivan conforme a su dignidad humana”.
Recuerdan también los Obispos las próximas conmemoraciones del Bicentenario de Chile que estará precedido por las elecciones presidenciales y parlamentarias. “Queremos ir al reencuentro del ‘alma de Chile’”, afirman. Consideran además que el país “no puede renunciar a los grandes valores sobre los cuales se ha construido: la centralidad de la familia, fundada en el matrimonio; la dignidad de toda vida humana; la solidaridad con los pobres; el derecho y deber de los padres de educar a sus hijos; la libertad religiosa, y otros valores que la Iglesia declara irrenunciables”.
A continuación realizan un llamamiento a los cristianos que actúan en política para que ofrezcan “el testimonio de su fe, sabiendo que los principios evangélicos que profesan serán siempre los que sostengan las decisiones que ellos tomen” y a todos los católicos presentes en la vida publica a que cultiven una intensa vida interior y de fe profunda pues solo desde allí “podrán madurar las mejores iniciativas para responder a los tiempos presentes, a las necesidades espirituales y materiales de los chilenos con iniciativas generosas y proyectos esperanzadores”.
Otros temas que han sido objeto de la solicitud pastoral de los Obispos han sido el cuidado del medio ambiente y el aporte que pueden y deben hacer los cristianos, tema sobre el que redactarán un documento “que ayude en la sensibilidad y compromiso por el cuidado del mundo creado, en especial de la vida humana y su desarrollo en la familia y la sociedad”. También han tenido muy presentes “la situación de las comunidades indígenas, la identidad y cultura de los pueblos originarios, sus tierras y sus derechos, que deben ser salvaguardados en un marco de diálogo y rechazo a la violencia”. Y por último, no ha escapado a su preocupación pastoral “los errores y las fragilidades de todos nosotros y algunas situaciones moralmente inaceptables por parte de sacerdotes y que dejan tanto dolor en sus víctimas, así como en la comunidad nacional. Nos duelen profundamente. Las reprobamos, ya que se apartan claramente de nuestra vocación y misión a la que, gracias a Dios, sirve de modo abnegado la inmensa mayoría de sacerdotes de nuestra Iglesia”. (RG) (Agencia Fides 29/4/2009)


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