VATICANO - El Papa a los Organizadores del VI Encuentro Mundial de las Familias: "Las familias cristianas son escuelas de obediencia y ámbitos de verdadera libertad"

viernes, 24 abril 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Las familias cristianas con su vida doméstica, sencilla y alegre, compartiendo día a día las alegrías, esperanzas y preocupaciones, vividas a la luz de la fe, son escuelas de obediencia y ámbito de verdadera libertad. Lo saben bien los que han vivido su matrimonio según los planes de Dios durante largos años, como alguno de los presentes, comprobando la bondad del Señor que nos ayuda y alienta". Lo ha subrayado el Santo Padre Benedicto XVI en la homilía de la Concelebración Eucarística que ha presidido el 23 de abril en la Capilla Redemptoris Mater en el Palacio Apostólico. Han participado el Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia y el Card. Norberto Rivera Carrera, Arzobispo primado de México así como los miembros de la Comisión organizadora del VI Encuentro Mundial de las Familias, que tuvo lugar en enero en la Ciudad de México.
Tomando ocasión de las Lecturas del día, el Pontífice se centró en el tema de la obediencia: "la Palabra de Dios nos habla de una obediencia que no es simple sujeción, ni un simple cumplimiento de mandatos, sino que nace de una íntima comunión con Dios y consiste en una mirada interior que sabe discernir aquello que «viene de lo alto» y «está por encima de todo». Es fruto del Espíritu Santo que Dios concede 'sin medida'. nuestros contemporáneos necesitan descubrir esta obediencia, que no es teórica sino vital; que es un optar por unas conductas concretas, basadas en la obediencia al querer de Dios, que nos hacen ser plenamente libres”.
Benedicto XVI ha puesto en evidencia que "en la Eucaristía Cristo está realmente presente; es el pan que baja de lo alto para reparar nuestras fuerzas y afrontar el esfuerzo y la fatiga del camino. Él está a nuestro lado", y ha invocado por último, la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, para que "fortalecidos con el pan Eucarístico, seamos servidores de la verdadera alegría para el mundo". (S.L) (Agencia Fides 24/4/2009)


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