ASIA/FILIPINAS - Expectación y esperanza luego del ataque relámpago del ejército en Jolo para la liberación de Eugenio Vagni, trabajador de la Cruz Roja

jueves, 23 abril 2009

Manila (Agencia Fides) – Se sigue a la expectativa, rezando y esperando en el Sur de Filipinas por la liberación de Eugenio Vagni, el trabajador de la Cruz Roja todavía en manos de una banda de secuestradores ligados al grupo radical islámico “Abu Sayyaf”. Vagni es el último de tres voluntarios del Comité internacional de la Cruz Roja secuestrados en la isla de Jolo, en el sur de las Filipinas, el 15 de enero pasado, a la salida de una prisión en la cual los tres habían realizado una inspección.
Vagni y los otros trabajadores de la Cruz Roja son las últimas víctimas de una larga estela de violencia y muerte: habían desembarcado en Sulu para tratar de hacer frente a la emergencia humanitaria presente en la zona, dado que el conflicto persistente entre ejército y rebeldes ha generado más de 500 mil desplazados; fueron hechos rehenes por grupos radicales que no dudan en emplear el terrorismo como arma de lucha y los secuestros con el fin de extorsionar y financiar sus actividades beligerantes.
Ayer el ejército filipino lanzó una operación relámpago de las fuerzas especiales intentando forzar la mano y liberar al rehén, pero, con el paso de las horas, ha quedado claro que Vagni – hoy en precarias condiciones de salud – fue entregado a otra banda de rebeldes de la zona, como lo confirmó el jefe de la policía Jesus Verzosa. El ejército mantiene el cerco en la zona de la selva donde se esconde la banda de secuestradores, mientras los choques armados prosiguen y, dada la evolución de la situación, muchos temen por la vida del voluntario italiano.
El grupo radical “Abu Sayyaf” (“La espada de Dios”) nació en las Islas Sulu (en el extremo Sur de las Filipinas), y ha afinado sus técnicas de guerrilla gracias a los contactos, pasados y recientes, con otros grupos de combatientes islámicos en las Filipinas, en Indonesia, en Malasia y también en el Medio oriente. Su actividad se inserta en el contexto más amplio de la “cuestión islámica” del Sur de Filipinas, donde por un lado están las legítimas reivindicaciones sociales y políticas de una consistente minoría musulmana (casi 6 millones de personas); por el otro lado está el gobierno de Manila, que en las últimas décadas ha ofrecido reales concesiones federalistas, ha creado una “Región autónoma” para la comunidad musulmana, ha buscado integrar a la minoría en el tejido de la república, fallando sin embargo en el plano del desarrollo socio-económico. En este humus cultural y religioso han surgido a partir de los años ‘70 movimientos como el Moro National Liberation Front y el Moro Islamic Liberation Front, partidarios de una lucha de liberación, que buscaban que sacara a la luz los intereses desatendidos de la comunidad islámica filipina. Junto a los movimientos guerrilleros (que a lo largo de los años han alternado la resistencia armada con diálogos de paz), han ido germinando grupos más radicales como “Abu Sayyaf” que está en la lista oficial de grupos terroristas y sigue asolando las islas Sulu, amenazando sobre todo a turistas, religiosos y misioneros, representantes de ONGs y empresarios extranjeros. (PA) (Agencia Fides 23/4/2009 líneas 36 palabras 550)


Compartir: