VATICANO - Benedicto XVI da gracias al Señor por "la acción generosa de los misioneros, religiosos y religiosas" en África y pide para que las poblaciones africanas “puedan afrontar con valentía los grandes desafíos sociales, económicos y espirituales del presente"

jueves, 2 abril 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Como lo anuncié el pasado domingo en el Ángelus, hoy me detengo a hablar del reciente viaje apostólico a África, el primero de mi pontificado a este continente. Éste se limitó al Camerún y a Angola, pero idealmente, con mi visita, he querido abrazar a todos los pueblos africanos y bendecirles en el nombre del Señor”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha iniciado su discurso durante la audiencia general del miércoles 1 de abril.
El Papa ha dicho que experimentó "la tradicional calurosa acogida africana", desde su llegada a Camerún, país que "reúne muchas características de ese gran continente, la primera de ellas su alma profundamente religiosa, que une a los numerosísimos grupos étnicos que lo pueblan". Juan Pablo II, en 1995, eligió la capital de Camerún, Yaundé, para promulgar la exhortación apostólico Ecclesia in África, después de la primera Asamblea sinodal dedicada al continente africano. "Esta vez, el Papa ha vuelto para entregar el Instrumentum laboris de la Segunda Asamblea sinodal para África, prevista en Roma para el próximo octubre" ha subrayado Benedicto XVI.
Los encuentros con los Episcopados de Camerún y sucesivamente de Angola y São Tomé y Príncipe, han permitido al Santo Padre, especialmente en este Año Paulino, de "recordar la urgencia de la evangelización, que compete en primer lugar precisamente a los obispos, subrayando la dimensión colegial, fundada en la comunión sacramental". El Papa ha recordado que los ha exhortado "a ser siempre ejemplo para sus sacerdotes y para todos los fieles, y a seguir atentamente al formación de los seminaristas, que gracias a Dios son numerosos, y de los catequistas, que cada vez son más necesarios para la vida de la Iglesia en África”.
Benedicto XVI ha recordado a continuación la solemne celebración de las Vísperas de la solemnidad de san José, en Yaundé, en la iglesia dedicada a Maria Reina de los Apóstoles, Patrona de Camerún, que surge en el lugar donde trabajaron los primeros evangelizadores de Camerún, los Misioneros Espiritanos: "Contemplando la figura espiritual de san José, que consagró su existencia a Cristo y a la Virgen María, invité a los sacerdotes, a las personas consagradas y a los miembros de los movimientos eclesiales a permanecer siempre fieles a su vocación, viviendo en la presencia de Dios y en la obediencia gozosa a su palabra". En la Nunciatura Apostólica de Yaundé tuvo lugar a continuación el encuentro con los representantes de la comunidad musulmana, durante el cual el Papa recordó "la importancia del diálogo interreligioso y la colaboración entre cristianos y musulmanes para ayudar el mundo a abrirse a Dios".
Uno de los momentos culminantes del viaje fue la entrega del Instrumentum laboris de la II Asamblea sinodal para África, que tuvo lugar el 19 de marzo en el estadio de Yaundé, al final de la solemne Celebración eucarística en honor de san José. "La Asamblea sinodal tendrá lugar en Roma- ha subrayado Benedicto XVI en la audiencia general -, pero en un cierto sentido ya ha empezado en el corazón del continente africano, en el corazón de la familia cristiana que allí vive, sufre y espera”.
En el encuentro con los Miembros del Consejo Especial para el África del Sínodo de los Obispos, ha continuado el Pontífice, “hemos reflexionado juntos sobre la historia de África desde una perspectiva teológica y pastoral. Era casi como una primera reunión del propio Sínodo, en un debate fraterno entre los distintos episcopados y el Papa en la perspectiva del Sínodo de la reconciliación y de la paz en África… En medio de los conflictos, por desgracia numerosos y dramáticos, que aún afligen a las diversas regiones de este continente, la Iglesia sabe que es signo e instrumento de unidad y de reconciliación, para que toda África pueda construir unida un futuro de justicia, de solidaridad y de paz, realizando las enseñanzas del Evangelio”.
La segunda etapa del viaje a África fue Angola, que acaba de salir de una larga guerra interna y ahora está empeñado ahora en la obra de reconciliación y de reconstrucción nacional. "Con esta visita mía, cuyo primer objetivo ha sido obviamente el de confirmar en la fe a la Iglesia, que querido también animar el proceso social en curso.- ha subrayado el Papa -. En Angola se toca con la mano lo que mis venerados predecesores han repetido: todo se pierde con la guerra, todo puede renacer con la paz. Pero para reconstruir una nación hacen falta muchas energías morales”.
El Patrón de Luanda, capital de Angola, es San Pablo: por ello, Benedicto XVI ha querido celebrar la eucaristía en la iglesia dedicada al apóstol: "Una vez más la experiencia personal de san Pablo nos habló del encuentro con Cristo resucitado, capaz de transformar las personas y la sociedad. Cambian los contextos históricos -y es necesario tenerlo en cuenta- pero Cristo permanece como la verdadera fuerza de renovación radical del hombre y de la comunidad humana". En Luanda el Papa reservó dos encuentros especiales a los jóvenes y a las mujeres. "Con los jóvenes, en el estadio, fue una fiesta de gozo y esperanza, entristecida por desgracia por la muerte de dos chicas, arrolladas por la multitud en la entrada… A las mujeres, después, les rendí homenaje por el servicio que muchas de ellas ofrecen a la fe, a la dignidad humana, a la vida, a la familia. Reafirmé su pleno derecho a comprometerse en la vida pública, sin mortificar sin embargo su papel en la familia, misión esta fundamental que desarrollar siempre compartiendo responsablemente con los demás elementos de la sociedad y sobre todo con maridos y padres”.
En la gran asamblea eucarística del domingo 22 de marzo, concelebrada con los Obispos de los Países del África Austral, con la participación de un millón de fieles, Benedicto XVI dijo: "Si los pueblos africanos como el antiguo Israel, fundan su esperanza en la Palabra de Dios, ricos de su patrimonio religioso y cultural, podrán realmente construir un futuro de reconciliación y de pacificación estable para todos”.
El Pontífice concluyó su discurso durante la audiencia general con esta invitación: " Os pido que deis gracias al Señor por las maravillas que Él ha realizado y que sigue realizando en África gracias a la acción generosa de los misioneros, de los religiosos y las religiosas, de los voluntarios, de los sacerdotes, de los catequistas, de jóvenes comunidades llenas de entusiasmo y de fe. Os pido también que recéis por los pueblos de África, muy queridos para mí, para que puedan afrontar con valor los grandes retos sociales, económicos y espirituales del momento presente”.
En el momento de los saludos en las diversas lenguas, dirigiéndose a los peregrinos polacos, el Papa ha recordado a Juan Pablo II, en el cuarto aniversario de la muerte: "Qué la herencia espiritual de vuestro Gran Connacional inspire vuestra vida personal, familiar, social y nacional. Junto a vosotros pido con la oración el don de su Beatificación”.
Al término de la audiencia, el Papa ha encontrado a suor Maria Teresa Olivero y suor Caterina Giraudo, las dos misioneras del Movimiento contemplativo misionero Padre Charles de Foucauld de Cuneo que estuvieron prisioneras en Somalia durante 102 días y por las que el Santo Padre rezó constantemente. (S.L) (Agencia Fides 2/4/2009)


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