ASIA/CAMBOYA - Primeros frutos en el proceso contra los jemeres rojos, pero la nación queda unida

miércoles, 1 abril 2009

Phnom Penh (Agencia Fides) - El proceso a los ex líderes de los jemeres rojos se encuentra en pleno apogeo y comienza a dar sus frutos: Kaing Guek Eav, el llamado "Compañero Duch", exponente de primer plano del grupo dirigente de los jemeres rojos, hoy bajo proceso en Phnom Pehn, ha admitido sus responsabilidades en los crímenes cometidos en el Centro de detención que el dirigía y ha pedido perdón a las víctimas. En las mismas horas, el primer ministro camboyano, Hun Sen, ha puesto en guardia a la nación, declarando que el proceso contra los jemeres rojos por los crímenes del régimen de Pol Pot (1975-1979), reabriendo una dolorosa herida de la memoria nacional, no debe llevar al país a la guerra civil.
"Duch", hoy de 66 años, ha reconocido en particular la "responsabilidad por todo lo que sucedió en Tuol Sleng", la notoria cárcel también denominada "S-21", dónde al menos 12.380 personas, incluidos niños, fueron torturadas y asesinadas. Sólo 11 personas salieron vivas de la inmensa prisión, y han podido contar las infamias que sufrieron.
Hay terribles historias vividas en aquellos palacetes de tres planos con paredes grises, con rejas en las ventanas y algunas secciones todavía envueltas en alambre de púas. Dentro de la estructura, en una interminable galería, están expuestas fotos en blanco y negro de los millares de víctimas.
Kaing Khek Eav era el jefe carcelero, responsable último de la infernal estructura. Su proceso es el primero de otros cuatro que se tendrán ante un Tribunal por los crímenes de guerra que comprende una Comisión de las Naciones Unidas, instituida para juzgar a los líderes supervivientes de los jemeres rojos (ver Fides 24/2/2009). Gran parte del proceso a Duch estará centrado en el Tuol Sleng, señalan los observatorios; Entre los temas en examen por la Corte está en efecto "la institución del S-21", "la realización de las políticas en el S-21" y el "funcionamiento del S-21”.
Desde hace más de treinta años Camboya espera justicia. El régimen de los jemeres rojos fue responsable de la muerte de cerca de 1,7 millones de personas, en la época casi un cuarto de la población total del país. Las víctimas fueron ejecutadas, murieron en los trabajos forzados o por hambre, mientras el régimen trataba de realizar, con la fuerza brutal, la utopía agraria.
En la Camboya actual se ha distribuido en las escuelas superiores, documentación informativa y fotográfica para hacer que los estudiantes conozcan las atrocidades del régimen. Los jóvenes han conocido el funcionamiento del opresivo gobierno de los jemeres rojos gracias a las narraciones de las familias y de los medios de comunicación. (PA) (Agencia Fides 1/4/2009)


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