AMERICA/PERU - “La Iglesia una vez más levanta su voz para decir: No matarás”: afirma el Obispo de Ayaviri en la celebración del “Día del Niño por Nacer” el domingo 29 de marzo

lunes, 30 marzo 2009

Ayaviri (Agencia Fides) – El domingo 29 de marzo se celebró en la Prelatura de Ayaviri una emotiva eucaristía con motivo del “Día del Niño por Nacer” presidida por Mons. Kay Schmalhausen, Obispo de Ayaviri, en la que recordó una vez más la clara enseñanza y acción de la Iglesia a favor de la vida y en contra de la nefasta práctica del aborto, según informa el mismo Mons. Kay en una nota enviada a la Agencia Fides
Después de advertir que “la Iglesia volvía a ser atacada en la persona del Sucesor de Pedro a causa de su enseñanza del todo coherente con el Evangelio de la Vida”, manifestó que en el marco de su viaje a África, “el Santo Padre explicaba que la solución al Sida supone más bien «una humanización de la sexualidad y renovación espiritual, que comporta una nueva forma de conducta de unos con otros», lo que excede ampliamente la solución simplista de los preservativos, defendida a veces de forma belicosa por estados, gobiernos y grupos de intereses económicos del primer mundo. Hoy en día no es de extrañar su reacción en ocasiones irracional y poco tolerante.”
Posteriormente afirmó que “la Iglesia una vez más levanta su voz para decir: «No matarás». El aborto, la eliminación de la vida humana, nunca es una solución. Es y permanecerá siendo siempre un gravísimo problema de terribles consecuencias personales y sociales.”
Abordando los efectos sociales del aborto el Prelado mencionó que “una comunidad social que consiente la eliminación de sus hijos en el vientre de las madres, no puede sino encaminarse a su propia destrucción y deterioro moral. El aborto es, en efecto un atentado directo a la vida y un verdadero asesinato, muchas veces ni siquiera querido por parte de las madres gestantes, forzadas a un callejón sin salida.”
Finalmente Mons. Schmalhausen se refirió a que “en efecto, son cada vez más los testimonios pavorosos de mujeres, víctimas del síndrome post aborto, que en su búsqueda por sanar - ya sea en el sacramento de la confesión o el acompañamiento terapéutico - las terribles heridas morales y espirituales causadas por la muerte del hijo en sus propias entrañas, han confesado la absoluta indiferencia e incluso complicidad tanto social como del estado ante el drama de una coacción de hecho conducente al aborto. Ellas padecen hoy, por que ayer no se les brindó la ayuda adecuada para encontrar una salida que haga justicia a las dos vidas humanas en juego, la de la madre que sufre en soledad y la del hijo de sus entrañas que tiene el derecho y lucha por vivir”. (RG) (Agencia Fides 30/3/2009)


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