AFRICA/ETIOPIA - El Museo Etíope “Guglielmo Massaja” testimonia la sensibilidad del gran Obispo misionero por la cultura, el arte y la lengua africana

viernes, 27 marzo 2009

Roma (Agencia Fides) – Montado en la celda del convento capuchino de Frascati, Roma, en el que el Cardenal Guglielmo Massaja vivió sus últimos años de vida, entre 1880 y 1889, el Museo Etiópe custodia cientos de artículos y documentos de su larga misión entre los Galla de la Alta Etiopía. El Capuchino Guglielmo Massai (1809-1889), de quien se celebra este año el bicentenario del nacimiento (ver Fides 29/1/2009), es considerado uno de los más grandes misioneros del ochocientos: fue el primero en evangelizar el pueblo de los Galla, estudiar su cultural y promover con éxito una serie de obras sociales.
“En 1890 algunos devotos de Guglielmo Massaja –explica a Fides el Padre Wieslaw Block, OFM, ex Director del Museo y miembro del Comité Nación por el Bicentenario Massajano – se interesaron por realizar las últimas voluntades del fraile Capuchino y trasladaron su salma de la capela de Propaganda Fide, en el Cementerio del Verano, al Convento de Frascati. En 1909, año en el que se celebraba el primer centenario de su nacimiento, fue montada una primera exposición de los objetos dejados en herencia. Sucesivamente, entre 1911 y 1932, la colección fue ampliada y oportunamente dispuesta en el apartamento”.
El Massaja estuvo viajando durante buena parte de su periodo misionero. Nombrado primer Vicario Apostólico de los Galla en 1846, pasó 35 años en misión afrontando itinerarios desconocidos y arriesgados. Las dificultades de penetración en el territorio de los Galla lo obligaron a navegar el mar Rojo y buscar un acceso por la Abisinia, después seguir el camino del Nilo Azul. Una vez en Gudrú en 1852 –siete años después de haber dejado Italia- se transfirió a Lagamara y al Kaffa.
Por tres años(1864-67) reorganizó su misión en Europa, en 1868 recorrió el desierto somalí y llegó al Scioa, donde pasó los últimos 10 años de su misión antes del exilio impuesto por el autoritario Joannes IV, negus de Etiopia. “Las artesanías de madera decorada, los vestidos, las telas pintadas y muchos objetos de la vida cotidiana donados al Convento de Frascati –continúa padre Block- testimonian la vivacidad de los intereses del Massaja en sus largos viajes. Él fue un misionero sensible a la geografía, a la cultura, al arte y a la lengua africana. Basta recordar la primera gramática Galla, un estudio pionero fundamental aún hoy en día, o las muchas observaciones sobre los usos de los nativos. Todo esto tuvo efectos positivos sobre la actividad pastoral y en particular sobre la formación de un clero autóctono que acompaño fielmente la misión del Obispo Capuchino”. Entre las celebraciones del Bicentenario Massajano está en programa el 7 de junio del 2009 una jornada de estudio en el Convento de los Capuchinos de Frascati y el anexo Museo Etíope. La Agencia Fides publicará próximamente un Dossier sobre la vida y obra del Cardenal Massaja. (A.M.) (Agencia Fides 27/3/2009; líneas 35, palabras 491)


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