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Luanda (Agencia Fides) – La tarde del viernes 20 de marzo el Santo Padre se ha reunido con los Obispos de la Conferencia Episcopal de Angola y Sao Tomé, en la capilla de la Nunciatura. “Que se eleve fervorosa y concorde nuestra alabanza a Dios Padre, que por obra y gracia del Espíritu Santo, no cesa de generar el Cuerpo místico de su Hijo con los rasgos angoleños y santotomenses, sin perder por ello sus fisionomías judía, romana, portuguesa y tantas otras adquiridas antes”, ha dicho el Santo Padre en su discurso, exhortando luego a los Obispos con estas palabras: " Dios os recompensará por todo el trabajo apostólico llevado a cabo en condiciones difíciles, tanto durante la guerra como en la actualidad, en medio de tantas limitaciones, contribuyendo así a dar a la Iglesia en Angola y Santo Tomé y Príncipe ese dinamismo que todos reconocen”.
Saludando y agradeciendo a los presentes, y por medio de ellos a las correspondientes Comunidades, el Santo Padre ha expresado su complacencia por el plan unitario de actuar en las comunidades diocesanas: "frente a un relativismo difuso que no reconoce nada como definitivo, y tiende más bien a tomar como criterio último el yo personal y los propios caprichos- ha afirmado el Papa -, nosotros proponemos otra medida: el Hijo de Dios, que es también verdadero hombre. Él es la medida del verdadero humanismo. El cristiano de fe adulta y madura no es alguien que sigue la ola de la moda y las últimas novedades, sino quien vive profundamente arraigado en la amistad de Cristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno, y nos da el criterio para discernir entre la verdad y el error”.
En el campo de la cultura, la Iglesia administra famosas instituciones académicas, "que han de tener a gala que la voz de los católicos esté siempre presente en el debate cultural de la Nación" ha subrayado el Santo Padre, exhortando a prestar atención a los medios de comunicación social, que influyen notablemente en la cultura y en los modelos de comportamiento, buscando los instrumentos que "permita ofrecer a todos una interpretación cristiana de los acontecimientos, los problemas y las realidades humanas”.
También la familia, expuesta a dificultad y a amenazas, "tiene especial necesidad de ser evangelizada y apoyada de forma concreta, pues a la debilidad e inestabilidad interna de muchas uniones conyugales, se añade la tendencia generalizada en la sociedad y la cultura a impugnar el carácter único y la misión propia de la familia fundada en el matrimonio". Benedicto XVI ha invitado a los Obispos "seguir levantando la voz en defensa de la sacralidad de la vida humana y del valor de la institución matrimonial, promoviendo el papel que tiene la familia en la Iglesia y la sociedad, así como buscando medidas económicas y legislativas que apoyen la generación y educación de los hijos”.
En la parte conclusiva, el Pontífice ha citado con alegría la presencia de "un laicado comprometido que se dedica a diversas obras de apostolado" y al "número consistente de vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada, de especial modo aquella contemplativa" que constituyen una verdadero signo de esperanza para el futuro. "Y, ahora que el clero es cada vez más autóctono- ha continuado el Pontífice -, deseo rendir homenaje a la labor realizada paciente y heroicamente por los misioneros para anunciar a Cristo y su Evangelio, y para dar vida a las comunidades cristianas de las que hoy sois responsables". La última invitación a los Obispos ha sido a seguir de cerca de sus presbiterios, preocupándose de su formación permanente, a nivel teológico y espiritual, y estando atentos a sus condiciones de vida y ejercicio de la propia misión, "para que sean auténticos testigos de la Palabra que anuncian y de los Sacramentos que celebran". (S.L) (Agencia Fides 21/3/2009)
