AFRICA/NIGERIA - “Construyamos la nación compartiendo los valores comunes, iluminados por el Verbo de Dios”, afirman los Obispos nigerianos

viernes, 20 marzo 2009

Abuja (Agencia Fides) – Construir la nación superando las divisiones y los males que impidan a la población de Nigeria hacer fructificar sus potencialidades, así como las del país. Este es el sentido del Mensaje de los obispos de Nigeria, publicando al final de su Asamblea Plenaria realizada del 9 al 14 de marzo en Abuja.
“Mientras son muchas las razones por las que nosotros, los nigerianos debemos dar gracias a Dios, no debemos dejar de reconocer que el camino hacia la unidad de las naciones es todavía largo”, afirma el Mensaje, enviado a la Agencia Fides. “Para nosotros, la nación es un don y una tarea. Debemos construir una nación en la que las personas puedan vivir con seguridad. La vida y la propiedad están constantemente expuestas a situaciones de peligro: la crisis del Delta del Níger en el sur, el conflicto religioso en el norte, los conflictos étnicos en diversas partes del país. La corrupción y el robo de los fondos públicos, que continúan impunes, no obstante nuestras plegarias, han puesto de rodillas al país. Esto es evidente, por ejemplo, en el colapso de las infraestructuras, así como en la falta de servicios básicos, en el número creciente de desempleados y en la ola de crímenes. Es evidente que tenemos todavía mucho trabajo por hacer para que nosotros y nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, podamos satisfacer nuestras más legítimas aspiraciones”.
“Estamos adoloridos por los recientes desórdenes en las ciudad de Jos y Bauchi, no obstante nuestra atención al diálogo como medio para solucionar la crisis. Cada vez que asistimos a conflictos étnicos y religiosos, cada vez que el desarrollo de las elecciones falta a la credibilidad, se pierde la posibilidad de construir una nación”, escriben los Obispos nigerianos, quienes afirman: “no es la religión la que amenaza la coexistencia pacífica, sino el abuso de los textos sagrados de venerables tradiciones religiosas por parte de predicadores que no están formados adecuadamente para la predicación en un contexto multi-religioso como el de Nigeria. Nuestro país está lleno de lugares de culto, de iglesias, mezquitas y santuarios. Pero esto no sirve para nada si no se presta atención a la palabra de Dios, y peor aún, si la misma palabra es manipulada por una predicación incompetente y maliciosa”.
Para hacer frente a este problema, la Iglesia Católica “reconoce, alaba y alienta las iniciativas tomadas por el Consejo Inter-religioso de Nigeria (NIREC) para una pacífica convivencia, en particular entre cristianos y musulmanes. El Consejo cree en su capacidad de unir no sólo a los líderes religiosos cristianos y musulmanes, sino también a los jóvenes de ambas religiones. Vemos en estas iniciativas una serie de medidas preventivas contra la violencia, y un sólido fundamente para la paz y la estabilidad”.
La colaboración entre los fieles, según los Obispos, es la llave para la elaboración de valores compartidos sobre los cuales fundar nuestra unidad nacional: “Teniendo en cuenta el hecho de que no es posible una nación donde los valores fundamentales no sean compartidos, la palabra de Dios enseña los valores fundamentales necesarios para la construcción de una nación. Cristo, el Verbo hecho carne, redimió a todas las razas humanas y elevó aquello que hay de bueno en cada cultura. El Verbo encarnado de Dios arroja luces sobre los valores fundamentales que están insertos en la cultura tradicional africana. Dichos valores, compartidos por los nigerianos independientemente de su pertenencia étnica, pueden servir como terreno común para la construcción de la nación. La palabra de Dios nos enseña que un valor fundamental es el respeto por la soberanía de Dios en el respeto de la dignidad de toda persona humana. La gran mayoría de nigerianos profesan la fe en Dios. Pero esta fe debe manifestarse en el respeto por la dignidad de cada nigeriano, como ser humano y como ciudadano”. (L.M.) (Agencia Fides 20/3/2008; líneas 46, palabras 655)


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