AMERICA/ECUADOR - Human Life International otorga el premio a “Cardenal Von Galen Award” al Presidente de la Conferencia Episcopal por su defensa de los derechos humanos y de la vida

martes, 17 marzo 2009

Quito (Agencia Fides) – “Con mucha alegría hemos recibido la noticia de que el premio “Cardenal Von Galen Award” se entregará a S.E. Monseñor Antonio Arregui Ayarza, Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana y Arzobispo de Guayaquil, por su incansable entrega a la defensa de la vida humana”. Es cuanto se lee en el comunicado publicado este fin de semana por Acción próvida Ecuador, filial de Vida Humana Internacional con el que anuncia la entrega del premio a Mons. Antonio Arregui Yarza, por su destacada defensa de los derechos humanos y de la posición de la Iglesia Católica en defensa de la vida la vida.
“Human Life International y Acción Provida/Filial de Vida Humana Internacional (Sección Hispana) están orgullosos de presentar este premio especial a un líder de la Iglesia Católica del Ecuador, ciudadano valiente y carismático que con mucha valentía y coraje ha defendido la vida de los más pobres e indefensos del mundo los niños por nacer”, continua el texto. Directivos de Acción Provida entregarán oficialmente el premio a Mons. Antonio Arregui el próximo mes de abril en la ciudad de Quito.
El Premio “Cardenal Von Galen Award”, es un reconocimiento a la defensa incansable de los derechos humanos y la vida. Clemens August von Galen (1878-1946), siendo obispo de Münster, Alemania durante el período nazi, alzó su voz en defensa de los derechos de los pobres y los enfermos, protestando con fuerza contra la eutanasia, y contra la persecución de judíos o la expulsión de religiosos. Por su valiente actitud fue llamado “el león de Munster.” Había escogido como lema al ser elegido obispo : “Ni por alabanzas ni por amenazas me desviaré de los caminos de Dios”. Y vivió como había prometido. August von Galen se enfrentó a los nazis valientemente, desenmascarando la ideología del nacionalsocialismo, defendiendo la libertad de la Iglesia y de las asociaciones católicas, así como la enseñanza de la religión. Abiertamente acusó al régimen nazi de discriminar a los cristianos, encarcelarlos y matarlos. Condenó otros abusos del estado, reclamó el derecho a la vida, fustigó duramente el asesinato de los discapacitados físicos y mentales que eran considerados “improductivos”. (RG) (Agencia Fides 17/3/2009)


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