VATICANO - El Papa a la Plenaria de la Congregación para el Culto Divino: "en la Eucaristía la adoración debe convertirse en unión: unión con el Dios viviente y luego con su Cuerpo místico"

lunes, 16 marzo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Recibiendo en audiencia el 13 de marzo a los participantes en la Plenaria de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Santo Padre Benedicto XVI ha subrayado, en su discurso el tema de la adoración eucarística. "En la Plenaria habéis meditado sobre el Misterio eucarístico y, de modo particular, sobre el tema de la adoración eucarística" ha dicho el Pontífice, quien ha recordado a continuación los documentos recientes del Magisterio sobre el tema, en particular la exhortación apostólica post sinodal "Sacramentum caritatis", que ha recogido también la preocupación de los Padres Sinodales "por cierta confusión engendrada, después del Concilio Vaticano II, acerca de la relación entre Misa y adoración al Santísimo Sacramento", haciendo eco a cuanto había ya expresado el Papa Juan Pablo II acerca de las desviaciones que han contaminado a veces la renovación litúrgica post-conciliar" en la Encíclica "Ecclesia de Eucaristía".
“El Concilio Vaticano II ha puesto a la luz el papel singular que el misterio eucarístico tiene en la vida de los fieles" ha continuado el Pontífice, recordando que la eucaristía "está en los orígenes mismos de la Iglesia y es la fuente de gracia, constituyendo una incomparable ocasión sea para la santificación de la humanidad en Cristo como para la glorificación de Dios. En este sentido, por una parte, todas las actividades de la Iglesia están ordenadas al misterio de la eucaristía, y por otra, es en virtud de la Eucaristía que "la Iglesia continuamente vive y crece". Nuestro deber es percibir el preciosísimo tesoro de este misterio de fe inefable "tanto en la misma celebración de la Misa como en el culto de las sagradas especies, que se conservan después de la Misa para extender la gracia del Sacrificio".
El Pontífice ha recordado en su discurso los diversas acepciones del término "adoración" en la lengua griega y latina. "La palabra griega proskýnesis indica el gesto de sumisión, el reconocimiento de Dios como nuestra verdadera medida, cuya norma aceptamos seguir. La palabra latina ad-oratio, en cambio, denota el contacto físico, el beso, el abrazo, que está implícito en la idea del amor. El aspecto de la sumisión prevé una relación de unión, porque aquel a quien nos sometemos es Amor. De hecho, en la Eucaristía la adoración debe convertirse en unión: unión con el Señor vivo y después con su Cuerpo místico". Benedicto XVI ha citado a este punto su homilía a los jóvenes reunidos en la Explanada de Marienfeld, en Colonia, durante la Santa Misa con ocasión de la XX Jornada mundial de la Juventud, el 21 de agosto de 2005: " Dios no está sólo frente a nosotros, como si fuese el Totalmente Otro". Está dentro de nosotros, y nosotros estamos en Él. Su dinámica nos penetra y desde nosotros quiere propagarse a los demás y extenderse a todo el mundo, para que su amor sea realmente la medida dominante del mundo".
El Papa Juan Pablo II, en la Carta Apostólica "Spiritus et Sponsa", con ocasión del 40° aniversario de la Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia, "exhortaba a emprender los pasos necesarios para profundizar la experiencia de la renovación - ha recordado Benedicto XVI -. Eso es importante también respeto al tema de la adoración eucarística. Esta profundización será posible sólo a través de un mayor conocimiento del misterio en plena fidelidad a la sagrada Tradición, e incrementando la vida litúrgica dentro de nuestra comunidades”.
El Santo Padre ha expresado a continuación su particular aprecio porque la Plenaria también se ha centrado en el tema de la formación de todo el Pueblo de Dios en la fe, con una especial atención a los seminaristas, "para favorecer en ellos el crecimiento de un espíritu de auténtica adoración eucarística". Por último, recordando tres prácticas penitenciales del tiempo cuaresmal muy queridas a la tradición bíblica y cristiana, ha exhortado " a redescubrir y vivir con renovado fervor el ayuno, no sólo como práctica ascética, sino también como preparación a la Eucaristía y como arma espiritual para luchar contra todo eventual apego desordenado a nosotros mismos”. (S.L) (Agencia Fides 16/3/2009)


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