VATICANO - Mensaje del Santo Padre: "una de las prioridades pastorales es formar rectamente la conciencia de los creyentes porque en la medida en que se pierde el sentido del pecado, aumentan por desgracia los sentimientos de culpa, que uno querría eliminar con insuficientes remedios paliativos”

lunes, 16 marzo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "En este nuestro tiempo, una de las prioridades pastorales es sin lugar a dudas, formar rectamente la conciencia de los creyentes porque, como he tenido modo de recordar en otras ocasiones, en la medida en que se pierde el sentido del pecado, aumentan los sentimientos de culpa, que uno querría eliminar con insuficientes remedios paliativos". Es cuánto afirma el Santo Padre Benedicto XVI en el Mensaje enviado el 12 de marzo al Card. James Francis Stafford, Penitenciario Mayor, y a los participantes en la XX edición del Curso para el Foro interno, promovido por la Penitenciaria Apostólica. "A la formación de las conciencias contribuyen múltiples y preciosos instrumentos espirituales y pastorales que deben valorizarse cada vez más" y el Santo Padre cita a este respecto, las catequesis, la predicación, la homilía, la dirección espiritual, el sacramento de la Reconciliación y la celebración de la Eucaristía.
"Como todos los sacramentos - continúa el Mensaje -, también el de la Penitencia requiere una catequesis previa y una catequesis mistagógica para profundizar en el sacramento "per ritus et preces", como bien subraya la Constitución litúrgica Sacrosanctum Concilium del Vaticano II (cfr n. 48). Una adecuada catequesis ofrece una contribución concreta a la educación de las conciencias estimulándolas a percibir cada vez mejor el sentido del pecado, hoy en parte desdibujado o peor obnubilado por un modo de pensar y de vivir "etsi Deus no daretur", según la conocida expresión de Grotius, de gran actualidad, y que denota un relativismo cerrado al verdadero sentido de la vida".
"A la catequesis debe ir unido un sabio empleo de la predicación, que ha conocido en la historia de la Iglesia, formas diferente según la mentalidad y las necesidades pastorales de los fieles" subraya Benedicto XVI que reconoce como hoy entre los diversos estilos de comunicación se utilizan cada vez más los modernos instrumentos telemáticos: "Efectivamente, los actuales medios de comunicación, si por un lado representan un desafío con que medirse, por otra brindan providenciales oportunidades para anunciar de modo nuevo y más cercano a las sensibilidades contemporáneas la perenne e inmutable Palabra de verdad que el divino Maestro ha confiado a su Iglesia". La homilía "es sin lugar a dudas la forma de predicación más difundida, con la que cada domingo se educa la conciencia de millones de fieles. En el reciente Sínodo de Obispos, dedicado precisamente a la Palabra de Dios en la Iglesia, muchos Padres Sinodales insistieron oportunamente sobre el valor y la importancia de la homilía que debe adaptarse según la mentalidad contemporánea”.
A continuación, el Pontífice recuerda el valor de la "dirección espiritual" en la formación de las conciencias: "un importante servicio eclesial, para el que se requiere, sin lugar a dudas, una vitalidad interior que se debe pedir como don del Espíritu Santo mediante una intensa y prolongada oración y una preparación específica que debe adquirirse con atención". También para administrar la misericordia divina en el sacramento de la Penitencia, "cada presbítero debe alimentar la propia vida espiritual y cuidar una permanente actualización teológica y pastoral. Por último, la conciencia del creyente se afina cada vez más gracias a una devota y consciente participación en la Santa Misa, que es el sacrificio de Cristo para la remisión de los pecados".
Concluyendo su Mensaje, el Santo Padre exhorta a los participantes en el Curso "a cuidar como un tesoro todo lo aprendido sobre el sacramento de la Penitencia", y continúa: "En los diversos contextos en que cada uno deberá vivir y trabajar, procuren siempre mantener viva en si mismos la conciencia de deber ser dignos 'ministros' de la misericordia divina y responsables educadores de las conciencias. Inspírense en el ejemplo de los santos confesores y maestros de espíritu, entre los que me gusta recordar particularmente al Cura de Ars, san Juan Maria Vianney, de quien precisamente este año recordamos el 150° aniversario de su muerte". (S.L) (Agencia Fides 16/3/2009)


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