VATICANO - El Papa en el ángelus recuerda que "en la lepra es posible entrever un símbolo del pecado, que es la verdadera impureza del corazón, capaz de alejarnos de Dios" e invita a todavía redescubrir de más el Sacramento de la Confesión "en su valor y en su importancia"

lunes, 16 febrero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "En la lepra es posible entrever el símbolo del pecado, que es la verdadera impureza del corazón, capaz de alejarnos de Dios. No es la enfermedad física de la lepra lo que nos separa de Él, como preveían las antiguas normas, sino la culpa, el mal espiritual y moral". Lo ha subrayado el Santo Padre Benedicto XVI en su discurso antes del ángelus, el domingo 15 de febrero, tomando una vez más ocasión del Evangelio del domingo, que narraba la curación de un leproso sanado por Jesús (cfr Mc 1,40-45).
El Papa ha explicado que Jesús le dijo al leproso “¡Queda limpio!”, en cuánto "según la antigua ley judía (Cf. Levítico 13-14), la lepra no era considerada sólo como una enfermedad, sino como la forma más grave de "impuridad". Les correspondía a los sacerdotes diagnosticarla y declarar inmundo al enfermo, quien tenía que ser alejado de la comunidad y quedarse fuera de los poblados, hasta que tuviera lugar una eventual y certificada curación. Por este motivo, la lepra constituía una especie de muerte religiosa y civil, y su curación una especie de resurrección… Este milagro reviste, por tanto, un intenso significado simbólico. Jesús, como había profetizado Isaías, es el Siervo del Señor… Con su pasión, se convertirá como en un leproso, impuro por nuestros pecados, separado de Dios: todo esto lo hará por amor, con el objetivo de alcanzarnos la reconciliación, el perdón y la salvación. En el Sacramento de la Penitencia Cristo crucificado y resucitado, a través de sus ministros, nos purifica con su misericordia infinita, nos restituye la comunión con el Padre celestial y, con los hermanos, nos ofrece el don de su amor, de su alegría y de su paz”.
Por último, Benedicto XVI ha invitado "a recurrir frecuentemente a su sacramento de la confesión, el sacramento del perdón, que hoy debe ser descubierto aún más en su valor y en su importancia para nuestra vida cristiana". (S.L) (Agencia Fides 16/2/2009)


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