VATICANO - El Papa en el ángelus: "la verdadera y más profunda enfermedad del hombre es la ausencia de Dios, del manantial de verdad y amor. Y sólo la reconciliación con Dios puede donarnos la verdadera curación, la verdadera vida" - Llamamiento por Madagascar

lunes, 9 febrero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - También el domingo 8 de febrero, el Santo Padre Benedicto XVI ha tomado inspiración del Evangelio de la liturgia dominical (cfr Mc 1,29-39) para su breve discurso antes del ángelus, que presenta algunas curaciones realizadas por Jesús. "La experiencia de la curación de los enfermos - ha explicado el Papa - ha ocupado buena parte de la misión pública de Cristo y nos invita una vez más a reflexionar sobre el sentido y el valor de la enfermedad en cualquier situación en la que pueda encontrarse el ser humano. Esta oportunidad nos viene ofrecida también por la Jornada Mundial del Enfermo, que celebraremos el próximo miércoles, 11 de febrero, memoria litúrgica de la Beata Virgen María de Lourdes”.
El Santo Padre ha destacado a continuación como, aunque la enfermedad forma parte de la experiencia humana, " nunca conseguimos habituarnos a ella, no sólo porque a veces llegue a ser pesada y grave, sino esencialmente porque estamos hechos para la vida, para la vida completa… Cuando somos probados por el mal y nuestras oraciones parecen resultar vanas, surgen en nosotros la duda y, angustiados, nos preguntamos: ¿cuál es la voluntad de Dios? Es precisamente a esta pregunta a la que encontramos respuesta en el Evangelio… Jesús no deja dudas: Dios – del que Él mismo ha revelado su rostro – es el Dios de la vida, que nos libra de todo mal. Los signos de este poder suyo de amor son las curaciones que realiza: demuestra así que el Reino de Dios está cerca restituyendo a los hombres y las mujeres a su plena integridad de espíritu y de cuerpo. Digo que estas curaciones son signos: guían hacia el mensaje de Cristo, nos guían hacia Dios y nos dan a entender que la verdadera y más profunda enfermedad del hombre es la ausencia de Dios, de la fuente de la verdad y del amor. Y sólo la reconciliación con Dios puede darnos la verdadera curación, la verdadera vida, porque una vida sin amor y sin verdad no sería verdadera vida”.
Antes de recitar la oración mariana, el Papa ha subrayado que "gracias a la acción del Espíritu Santo, la obra de Jesús se prolonga en la misión de la Iglesia. Mediante los Sacramentos es Cristo quien comunica su vida a multitud de hermanos y hermanas, mientras cura y conforta a innumerables enfermos a través de las tantas actividades de asistencia sanitaria que las comunidades cristianas promueven con caridad fraterna mostrando así el rostro de Dios, Su amor". Por último ha invitado a rezar "por todos los enfermos, especialmente por aquellos más graves, que no pueden de ninguna forma proveer a sí mismos, sino que dependen totalmente de los cuidados de otros; que cada uno de ellos pueda experimentar, en la solicitud de quienes están cerca, el poder del amor de Dios y la riqueza de su gracia que nos salva”.
Después del ángelus, el Santo Padre ha invitado a pedir por Madagascar con estas palabras: "En estas semanas se están registrando en Madagascar fuertes tensiones políticas que han provocado también disturbios populares. Por esto los Obispos de la isla han convocado para hoy una jornada de oración en favor de la reconciliación nacional y de la justicia social. Vivamente preocupado por el periodo particularmente crítico que el país está atravesando, os invito a uniros a los católicos malgaches para confiar al Señor los muertos en las manifestaciones y para invocar de Él, por intercesión de María Santísima, la vuelta a la concordia de los ánimos, a la tranquilidad social y a la convivencia civil". (S.L) (Agencia Fides 9/2/2009).


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