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Abidjan (Agencia Fides)- Al tiempo que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha pedido fijar la fecha de las elecciones presidenciales en Costa de Marfil, un enfrentamiento armando en Man, al noroeste del país, evidencia la existencia de una oposición, si se quiere residual, al proceso de paz. La noche del 1 de febrero tuvo lugar un enfrentamiento entre los milicianos de Fuerzas Nuevas apoyados por los Cascos Azules de la ONUCI (la misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil) y un grupo armado.
Los rebeldes han sido calificados como “enemigos de la paz” por parte de un portavoz de Fuerzas Nuevas. Fuerzas Nuevas es el movimiento que desde septiembre del 2002 controla el noroeste de Costa de Marfil tras un fallido golpe de Estado. Por años Costa de Marfil ha estado dividida en dos: el noroeste bajo el control de Fuerzas Nuevas, y el resto del país en manos del ejército del Presidente Gbagbo. Para el control del cese de fuego, negociado por la comunidad internacional, se han desplegado los soldados franceses de la misión Licorne, y los Cascos Azules del ONUCI (que han integrado/sustituido una misión panafricana precedente). Después de años sin negociaciones, el 4 de marzo del 2007 se firmaron, en Ouagadougou, capital de Burkina Faso, los acuerdos de paz entre el Presidente Gbagbo y Fuerzas Nuevas. Guillaume Soro, representante de FN, fue nombrado primer Ministro de un gobierno de unidad nacional que debe preparar las elecciones presidenciales y políticas.
Sin embargo estas elecciones han sido pospuestas más de una vez, y por ello la ONU está presionando para que se realicen este año. Mientras tanto va realizándose, si bien lentamente, el proceso de desarme e integración de los combatientes de Fuerzas Nuevas, así como el censo de la población, necesario para las listas electorales. Sobre este último punto, hasta el momento la Comisión Electoral Independiente (CEI) ha registrado poco más de 4 millones de electores de un total de 9. La CEI ha acelerado los procedimientos de registración de los electores. En lo que se refiere al desarme, el incidente en Man confirma que las FN han sido desarmadas solo de modo parcial y que existen divergencias en su interior. Los agresores, en efecto, serían parte de un grupo de disidentes de Fuerzas Nuevas. Según los observadores de asuntos de Costa de Marfil, el hecho que en las áreas controladas por la FN se esté reinstaurando la administración del Estado central, ha sido causa de molestia para algunos milicianos que aprovechaban el ser “la autoridad” de la zona. En estos años de división en el noroeste se fue creando una economía de guerra, basada en extorsiones, bloqueos, contrabando y otros negocios más o menos lícitos controlados por diversos grupos que confluyeron en Fuerzas Nuevas. (L.M.) (Agencia Fides 3/2/2009;: 34 líneas, 478 palabras)
