VATICANO - Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI a Su Santidad Kirill, Patriarca de Moscú y de todas las Rusia, con ocasión de su entronización

martes, 3 febrero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El domingo 1 de febrero ha tenido lugar en Moscú, en la Catedral de Cristo Salvador, las solemnes celebraciones de entronización del nuevo Patriarca de Moscú y de todas las Rusia, Su Santidad Kirill. El Santo Padre, que había expresado al nuevo Patriarca, inmediatamente después de la elección, su augurio y le había asegurado el recuerdo en su oración (ver Fides 29/1/2009) ha enviado a dichas celebraciones una Delegación conducida por el Card. Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la unidad de los Cristianos, a quien ha confiado su Mensaje y el regalo de un cáliz para el Patriarca Kirill, prenda del deseo de llegar pronto a la plena comunión. En el Mensaje el Santo Padre Benedetto XVI escribe:
“Le saludo con alegría al asumir la gran responsabilidad de pastorear a la venerable Iglesia ortodoxa rusa. Recuerdo perfectamente la buena voluntad que ha caracterizado nuestros encuentros en la época de su servicio como presidente del Departamento de Relaciones Eclesiales Externas. Con ocasión de su entronización, deseo por tanto reafirmarle mi estima y mi cercanía espiritual. Rezo para que el Padre celestial le conceda la abundancia de los dones del Espíritu Santo en su ministerio, que le capaciten para guiar a la Iglesia en la paz y el amor de Cristo.
Usted es ahora el sucesor de nuestro amado hermano de venerada memoria, Su Santidad Alejo II, que dejó a su pueblo una profunda y respetuosa herencia de renovación y desarrollo eclesial, al guiar a la Iglesia ortodoxa rusa fuera del largo y difícil periodo de sufrimiento bajo un sistema totalitario y ateo, a una nueva y activa presencia y servicio a la sociedad de hoy. El patriarca Alejo II trabajó asiduamente por la unidad de la Iglesia ortodoxa rusa y por la comunión con las demás Iglesias ortodoxas. Al mismo tiempo, mantuvo un espíritu de apertura y cooperación con los demás cristianos, y particularmente con la Iglesia católica, para la defensa de los valores cristianos en Europa y en el mundo. Estoy seguro de que Su Santidad continuará edificando sobre este sólido fundamento, por el bien de su pueblo y para beneficio de los cristianos de todas partes.

Como presidente del Departamento de Relaciones Eclesiales Externas, usted mismo desempeñó un papel relevante al forjar una nueva relación entre nuestras Iglesias, una relación basada en la amistad, en la mutua aceptación y el diálogo sincero al afrontar las dificultades de nuestro viaje común. Tengo serias esperanzas de que continuaremos cooperando para encontrar modos de fomentar y reforzar la comunión en el Cuerpo de Cristo, en fidelidad a la oración de nuestro Salvador de que todos sean uno, para que el mundo crea (cf. Jn 17:21).
Consciente de las enormes responsabilidades que acompañan el ministerio espiritual y pastoral al que el Espíritu Santo le ha llamado, renuevo a Su Santidad la seguridad de mis oraciones y buena voluntad fraterna. Pido al Dios Todopoderoso que le bendiga con su amor, que vele sobre la amada Iglesia rusa, y que sostenga a los obispos, sacerdotes y a todos los fieles en la esperanza que no falla, que es nuestra en Cristo Jesús”. En el Vaticano, 28 de enero de 2009. Bendito PP. XVI". (S.L) (Agencia Fides 3/2/2009, Líneas: 39 Palabras: 563)


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