EUROPA/ESPANA - La identidad de las universidades católicas: “La misión de la Universidad Católica no está completa si no aspira a la evangelización”

martes, 3 febrero 2009

Madrid (Agencia Fides) - Intelectuales y responsables de universidades europeas se han reunido en la Universidad Francisco de Vitoria en Pozuelo de Alarcón (Madrid) el 29-30 de enero para debatir sobre los retos de la universidad católica ante Bolonia. En estas ‘Conversaciones Universitarias’ organizadas por el Instituto John Henry Newman se ha aborado la cuestión de la identidad de las universidades católicas bajo el título ‘Universidad Católica: mimetismo, nostalgia o nuevo humanismo’. Han participado importantes intelectuales como son el Cardenal Paul Poupard Presidente Emérito del Consejo Pontificio para la Cultura; Mons. Fernando Sebastián, Arzobispo Emérito de Pamplona y Tutela; Mons. Martínez Camino, Obispo Auxiliar de Madrid; Mons. Melchor Sánchez de Toca, Subsecretario del Consejo Pontificio para la Cultura; el P. Florencio Sánchez, LC, director de Pastoral de la Universidad Francisco de Vitoria y director del Instituto John Henry Newman y Pedro Morandé Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile quienes debatieron sobre los nuevos retos a los que se enfrenta esta institución en el siglo XXI.
El encargado de inaugurar las conversaciones fue el Cardenal Paul Poupard con la conferencia titulada ‘La Universidad como comunidad de buscadores entre profesores y alumnos, reflejo de la caridad cristiana’. Según explicó el Card. “la universidad no puede plegarse a las exigencias del mercado y convertirse en una mera fábrica de titulados”, teniendo en cuenta que “la misión propia de la universidad es el servicio apasionado de la verdad”. Por eso, se debe fomentar la tarea de estudiar los graves problemas contemporáneos y buscarles una solución, de forma que la Universidad Católica sea “pionera en la investigación en todas las disciplinas que se imparten en ella”. Así mismo recordó que en la universidad católica debe primar “la formación integral de la persona, que integre los distintos saberes” y que busque el crecimiento de la persona, no sólo en el ámbito intelectual sino en el puramente humano. Sólo así, continuaba, evitaremos “un mundo dominado por expertos sin alma”.
“La misión de la Universidad Católica no está completa si no aspira a la evangelización” continuó el Card. y subrayó que esta institución “será lo que sean sus profesores”, que deben aspirar a “ser maestros de sus alumnos y no sólo docentes”.
A continuación el prof. Pedro Morandé bajo el título “De cómo la fe se hace cultura”, afirmó que la misión de la Universidad Católica está llamada a favorecer el diálogo con esta cultura actual desde una nueva síntesis de fe y razón que ha de realizar, y que sólo se hará cultura cuando “pueda ser acogida personalmente” por quienes participen en el diálogo, esto es, “proporcionar a las personas una cultura viva, en la cual los valores derivados de la dignidad humana sean el patrimonio más valioso que ella transmite”.
Por su parte el P. Florencio Sánchez, LC habló sobre el tema “La asignatura para el profesor es el alumno”. Afirmó que la base para que una universidad sea católica radica en que tiene “una forma específica de usar la razón y el corazón en todo, desde la fe, para buscar la verdad y el amor”. Comentó a continuación la necesidad de repensar la universidad actual, en cuanto a sus contenidos y métodos de enseñanza. En la universidad “debe haber una nueva síntesis en todos los campos del saber universitario, así como un método que reflexione sobre los límites de cada ciencia y el alcance de sus conclusiones”, añadió. Como núcleo de la vida universitaria, destacó la relación profesor-alumno, que es donde se juega la verdadera formación integral, donde se construye la universidad como comunidad y es lo que más influye en el alumno a lo largo de su paso por la universidad.
Mons. Melchor Sánchez de Toca y Alameda, centró su intervención en la constatación de que somos una cultura de la palabra, lo que tiene unas implicaciones intelectuales y existenciales que la universidad católica está llamada a hacer presentes. Destacó así que la cultura de la palabra propone una preocupación por la verdad, una actitud de escucha –luego de respeto, y reconocimiento de que lo que recibo no lo puedo manipular-, de comunicación y el diálogo con el otro –“lo que quiere decir que en la donación recíproca, la persona no se anula sino que se enriquece”-, de sentido y razón frente a la irracionalidad o el azar “que niegan la libertad”, y de comunión: compartir y difundir con otros aquello que se ha descubierto.
Intervinó a continuación Mons. Fernando Sebastián, con una conferencia sobre ‘La Universidad Católica en un mundo laicista’. Comentando el Proceso de Bolonia afirmó que “se busca un modelo de Universidad con unos rasgos comunes que sean válidos para toda Europa, cuando no sabemos muy bien qué es lo que Europa quiere ser”. Además, en el caso de las universidades católicas, el problema crece porque “lo religioso (y católico) provoca en estos momentos un rechazo inexplicable”. Según el Arzobispo la Universidad Católica tiene que “atender la formación filosófica y humanista de sus alumnos” para que conozcan las realidades que componen la grandeza de las personas, el significado de la libertad, de la inteligencia, la responsabilidad y la sociabilidad, de la muerte y la inmortalidad. Sin estos conocimientos, “no puede haber personalidades firmes, ni una sociedad fuerte, ni una base para profesor y vivir la fe católica con claridad y serenidad en un mundo tan pluralista y confuso como el nuestro”. (RG) (Agencia Fides 3/2/2009)


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