ASIA/TURQUÍA - Hacia el quinto Forum Mundial del Agua en Estambul - Mientras el mundo está frente a una crisis de recursos hídricos, “es necesario proteger un bien esencial para la humanidad”

viernes, 30 enero 2009

Roma (Agencia Fides) - Los recursos hídricos del planeta se están agotando. La urgencia de una intervención para administrarlos y cuidarlos es hoy el centro de la atención de la comunidad internacional que se está movilizando en vistas al quinto Forum Mundial del Agua en programa en Estambul, Turquía, del 22 al 26 de marzo del 2009. Se trata del más importante evento a nivel internacional organizado por las Naciones Unidas. Se trata de una alerta que existe desde hace buen tiempo. La amenaza principal de la disminución del agua dulce es el hombre, que además cuenta con esta para poder sobrevivir; las previsiones actuales no conceden buenas expectativas: el crecimiento demográfico y la consecuente expansión de las ciudades contribuirán a un aumento de la necesidad de abastecimientos de agua, lo que a su vez hará que la situación sea cada vez más crítica.
En la disminución de los recursos hídricos participan otros factores: el uso cada vez mayor del agua para fines hidroeléctricos a causa del desarrollo industrial y de la mayor reserva de energía de los países; la contaminación de los lagos y los ríos y los cambios climáticos. Sin lugar a duda la producción de alimentos comporta el consumo más significativo de agua. El sector agrícola cuenta en efecto con el 90% del uso de agua dulce. Según datos de la FAO se necesitan entre 2000 y 5000 litros de agua al día para producir el alimento necesario para alimentar a un individuo por un solo día.
El desafío consiste en producir alimento para una población cada vez mayor. Las Naciones Unidas estiman que en el 2050 la población mundial superará los 9 mil millones de individuos frente a los 6,5 mil millones actuales, contando además con menos recursos hídricos. Alimentar a la población mundial en aumento, afrontar la creciente demanda de agua por parte de las familias y de la industria, y al mismo tiempo detener la amenaza del cambio climático –en otras palabras afrontar las crecientes exigencias de agua en modo eficiente y sostenible- es el objetivo que los Estados y gobiernos deberán buscar con fuerza y determinación a partir del Forum Mundial de Estambul. Entre los pasos necesarios para obtener un resultado en esta línea se encuentra, por ejemplo, la disminución de 1% del uso del agua en agricultura, manteniendo inalterada la producción –dada la enorme incidencia del consumo de agua en este sector- se ahorraría una notable cantidad de agua que podrá ser destinada para otros usos. La relación entre alimento, agua y ambiente –se trata de una opinión compartida por los mayores estudiosos en esta materia- debe ser renovada en su totalidad.
De esto se deberá ocupar el próximo Forum Mundial, que puede ser una ocasión particular de reflexión, encuentro y confronto entre los gobiernos, sociedades civiles, organizaciones de consumidores y universidad. Se necesitan estrategias globales y el próximo vértice tendrá la tarea de individuarlas y verificar que sean realizables.
La reciente crisis de precios alimenticios, debida a una contracción de la oferta de productos alimenticios ha atraído la atención de los líderes mundiales sobre el tema del hambre y sobre el sistema alimenticio mundial. Áreas del mundo afectadas por escasez de agua tendrán que afrontar sequedades cada vez más graves y frecuentes con consecuentes repercusiones sobre la producción de alimentos. Algunas de las principales cuencas fluviales –en los Estados Unidos, Sudeste asiático, China, Medio Oriente, África y Australia- están al límite de su capacidad. No es posible obtener más recursos hídricos sin alterar el equilibrio.
Sobre este problema también ha intervenido, más de una vez, la Santa Sede, buscando sensibilizar a la opinión pública mundial sobre el tema central para el futuro de la familia humana del cuidado de la Creación. En un mensaje del 10 de julio pasado, difundido en ocasión de la apertura del pabellón de la Santa Sede en la Expo de Saragoza, Benedicto XVI afirmó entre otras cosas: “Hemos de tomar conciencia de que, lamentablemente, el agua –bien esencial e indispensable que el Señor ha dado al hombre para mantener y desarrollar la vida– es considerada hoy, a causa del acoso y la presión de múltiples factores sociales y económicos, como un bien que debe ser especialmente protegido mediante claras políticas nacionales e internacionales, y utilizado según criterios sensatos de solidaridad y responsabilidad”.
También dijo: “El uso del agua –que es valorado como un derecho universal e inalienable– está relacionado con las necesidades crecientes y perentorias de las personas que viven en la indigencia, teniendo en cuenta que ‘el acceso limitado al agua potable repercute sobre el bienestar de un número enorme de personas y es con frecuencia causa de enfermedades, sufrimientos, conflictos, pobreza e incluso de muerte’. Respecto al derecho al agua –agregó el Pontífice- se debe subrayar también que se trata de un derecho que tiene su fundamento en la dignidad de la persona humana; desde esta perspectiva se han de examinar atentamente las posturas de aquellos que consideran y tratan el agua únicamente como un bien económico. Su uso debe ser racional y solidario, fruto de una equilibrada sinergia entre el sector público y privado. El que hoy en día se considere el agua un bien predominantemente material, no debe hacer olvidar los significados religiosos que la humanidad creyente, y sobre todo el cristianismo, ha desarrollado a partir de ella, dándole un gran valor como un precioso bien inmaterial, que enriquece siempre la vida del hombre en esta tierra”. (Mtp) (Agencia Fides 30/1/2009; 66 líneas, 935 palabras)


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