VATICANO - El Papa a los Obispos de Rusia en visita Ad Limina: la comunidad católica esta llamada a transmitir inalterado a los jóvenes “el patrimonio de santidad y de fidelidad a Cristo, y los valores humanos y espirituales que están en la base de una eficaz promoción humana y evangélica”.

viernes, 30 enero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “La comunión con el Obispo de Roma, garante de la unidad eclesial, permite a las comunidades confiadas a vuestros cuidados pastorales, aunque minoritarias, de sentirse cum Petro y sub Petro, parte viva del Cuerpo de Cristo extendido por toda la tierra. La unidad, que es don de Cristo, crece y se desarrolla de hecho en las situaciones concretas de las diversas Iglesias locales”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI acogió a los Obispos de Rusia en visita Ad limina el 29 de enero. El Papa expresó su aprecio por el esfuerzo con el que los Obispos cuidan “el relanzamiento de la participación litúrgica-sacramental, de la catequesis, de la formación sacerdotal y de la preparación de un laicado maduro y responsable, que sea fermento evangélico en las familias y en la sociedad civil. Lamentablemente, también en Rusia, como en otras partes del mundo, se registra la crisis de la familia y el consiguiente descenso de la natalidad, junto con el resto de problemas a los que se enfrenta la sociedad contemporánea”. La atención se dirige especialmente a los jóvenes, a los que la comunidad católica rusa, “está llamada a transmitir inalterado el patrimonio de santidad y de fidelidad a Cristo, y los valores humanos y espirituales que están en la base de una eficaz promoción humana y evangélica”.
Frente a tantas preocupaciones que se presentan cotidianamente, el Santo Padre exhortó a los Obispos a no desanimarse, sino más bien a alimentar en ellos mismos y en sus colaboradores, “un auténtico espíritu de fe”. “Continuad promoviendo y cuidando, con esfuerzo y atención constantes, las vocaciones sacerdotales y religiosas – exhortó el Pontífice –. Prestad atención en formar presbíteros con la misma solicitud de san Pablo a su discípulo Timoteo, para que sean auténticos “hombres de Dios” (cfr. 1 Tm 6,11). Sed para ellos padres y modelos en el servicio a los hermanos... Igualmente, dad importancia a la formación de las personas consagradas y al crecimiento espiritual de los fieles laicos, para que sientan su vida como una respuesta a la llamada universal a la santidad, que debe expresarse en un coherente testimonio evangélico en todas las circunstancias cotidianas”.
Haciendo referencia al contexto particular en que viven las comunidades católicas, “es decir, en un país donde la mayoría de su población está marcada por una tradición milenaria ortodoxa con un rico patrimonio religioso y cultural”, el Papa subrayó la necesidad de un “un renovado esfuerzo en el diálogo con nuestros hermanos y hermanas ortodoxos” y agregó “en estos días me siento espiritualmente cercano a los queridos hermanos y hermanas de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que se alegran por la elección del Metropolita Kiril como nuevo Patriarca de Moscú y de todas las Rusias: a él le dirijo mis más cordiales saludos por la delicada tarea eclesial que le ha sido confiado. Pido al Señor que nos confirme a todos en el empeño de caminar juntos por el camino de la reconciliación y del amor fraterno”. A continuación el Papa los exhortó a colaborar en ámbitos de común interés en la educación de las nuevas generaciones: “Es importante que los cristianos afronten unidos los grandes desafíos culturales y éticos del momento presente, que conciernen a la defensa de la vida en todas sus fases, a la tutela de la familia y otras urgentes cuestiones económicas y sociales”.
El Santo Padre concluyó el discurso expresando su profundo agradecimiento a los Obispos por su ministerio episcopal en fidelidad plena al Magisterio y asegurándoles un recuerdo diario en la oración. “Que a través vuestro llegue mi agradecimiento a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas y a los laicos, que colaboran con vosotros en el servicio de Cristo y de su Evangelio... e imparto de corazón una especial Bendición Apostólica a cada uno de vosotros, extendiéndola con afecto a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas y a la entera comunidad católica que da testimonio de Cristo entre las poblaciones de la Federación Rusa”. (S.L.) (Agencia Fides 27/1/2009; líneas 48, palabras 715)


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