ASIA/FILIPINAS - Una lección actual, del Beato Duns Scoto, para respetar los derechos humanos

miércoles, 14 enero 2009

Manila (Agencia Fides) – La comunidad católica está llamada a defender los derechos humanos fundamentales, en Filipinas y en todo el mundo. La lección del Beato Duns Scoto es útil para recordarnos que “cada persona es única, en todos los tiempos y para la eternidad”, por lo tanto ningún hombre puede ser subordinado o eliminado por cuestiones de “seguridad nacional”. Es lo que sostiene la Familia Franciscana en Filipinas, mirando con preocupación los informes sobre el respeto de los derechos humanos en el archipiélago.
Desde hace tres años en la República se subsiguen asesinatos extrajudiciales con fines claramente intimidatorios, sobre todo contra abogados, jueces, activistas políticos, periodistas, sindicalistas y religiosos. El fenómeno ha sido ampliamente difundido por la opinión pública y por organizaciones internacionales.
El balance de la violencia registrado por la organización filipina Karapatan («Alianza para el mejoramiento de los derechos del pueblo») en el Human Rights Report 2008 es preocupante. En los últimos diez meses del 2008 se cuentan 50 homicidios, 7 desapariciones, 53 casos de tortura y123 arrestos ilegales. En total en los siete años y diez meses del gobierno de Gloria Arroyo han sido registradas 977 víctimas de homicidios extrajudiciales, 201 personas desaparecidas, 1,010 víctimas de torturas y 1,464 arrestos ilegales.
Numerosos observadores independientes, como el Asian Human Rights Commission (AHRC) de Hong Kong, han invitado al gobierno de Manila a adoptar medidas adecuadas para bloquear los homicidios y garantizar en la nación un estándar asequible en el respeto de los derechos fundamentales. La organización evidencia también un clima de impunidad y las continuas intimidaciones hacía magistrados y hombres de ley, que han hecho de Filipinas un país inseguro en el que está en peligro el «estado de derecho» y se registra una erosión de los principios de libertad y legalidad, fundamentos de cualquier sistema democrático.
Según el hermano franciscano John Robert Abada OFM, la tradición intelectual franciscana –como la reflexión del Beato Juan Duns Scoto– constituye un claro punto de referencia contra este fenómeno. También la Doctrina Social de la Iglesia confirma que “todo hombre es un ser único e irrepetible”. Esta unicidad hace que cada persona merezca un total respeto por parte de los hombres y especialmente de las instituciones sociales y políticas. “Como franciscano alzamos la voz contra estos asesinatos extrajudiciales y contra las desapariciones” afirma el hermano, ya que muestran un desprecio hacia la vida de tantos seres humanos. (PA) (Agencia Fides 14/1/2009 líneas 33 palabras 410)


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