VATICANO - El Papa Benedicto XVI al Cuerpo Diplomático: "En esta delicada fase de la historia humana, caracterizada por incertidumbres y dudas, muchos esperan que la Iglesia desarrolle con valentía y claridad su misión de evangelización y su labor de promoción humana"

viernes, 9 enero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la audiencia concedida el 8 de enero a los Miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede para la presentación de las felicitación por el nuevo año, el Santo Padre Benedicto XVI ha trazado una panorámica de la situación mundial, evidenciando las situaciones de particular sufrimiento y pobreza, pidiendo a Dios "el don de un año lleno de justicia, serenidad y paz”.
Ante todo el Pontífice ha recordado a cuantos han sufrido durante este año que acaba de concluir, "a causa de las graves catástrofes naturales, en particular en Vietnam, Birmania, China y Filipinas, en América central y el Caribe, en Colombia y en Brasil, o bien a causa de sangrantes conflictos nacionales o regionales o de atentados terroristas que han sembrado la muerte y la destrucción en países como Afganistán, India, Pakistán y Argelia". Aún subrayando que "no obstante los muchos esfuerzos realizados, la tan deseada paz todavía está lejana", el Santo Padre ha exhortado a "no desanimarse ni atenuar el compromiso a favor de una auténtica cultura de paz, sino, por el contrario, redoblar los esfuerzos a favor de la seguridad y el desarrollo". La Santa Sede continua recordando que " no se puede construir la paz cuando los gastos militares sustraen enormes recursos humanos y materiales a los proyectos de desarrollo, especialmente de los países más pobres”.
A continuación Benedicto XVI ha llamado la atención sobre los pobres, "los muy numerosos pobres de nuestro planeta", citando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2009. " Para construir la paz, es necesario dar nuevamente esperanza a los pobres" ha exclamado el Santo Padre, recordando las consecuencias de la actual crisis financiera y económica mundial, la crisis alimenticia y el sobrecalentamiento climático. "Es urgente adoptar una estrategia eficaz para combatir el hambre y favorecer el desarrollo agrícola local, más aún cuando el porcentaje de pobres aumenta incluso en los países ricos" ha recordado el Pontífice, augurando la actuación de criterios útiles para orientar la gestión del sistema económico y ayudar a los más débiles, para hacer la economía sana, para construir una nueva confianza "a través de una ética fundada en la dignidad innata de la persona humana”.
La lucha contra la pobreza comporta el compromiso de invertir sobre todo en los jóvenes, " “educándola en un ideal de auténtica fraternidad" ha continuado el Santo Padre, quien ha recordado la XXIII Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, Australia. "Mis viajes apostólicos, comenzando por la visita a los Estados Unidos - ha continuado el Pontífice -, me permitieron percibir las expectativas de muchos sectores de la sociedad con respecto a la Iglesia católica. En esta fase delicada de la historia de la humanidad, marcada por incertidumbres e interrogantes, muchos esperan que la Iglesia ejerza con decisión y claridad su misión evangelizadora y su obra de promoción humana”.
“Las discriminaciones y los graves ataques de los que han sido víctimas, el año pasado, millares de cristianos, muestran cómo la que socava la paz no es sólo la pobreza material, sino también la pobreza moral. De hecho, es en la pobreza moral, donde dichas atrocidades hunden sus raíces”, ha subrayado Benedicto XVI, quien ha reafirmado "la valiosa contribución que las religiones pueden dar a la lucha contra la pobreza y a la construcción de la paz", y que " el cristianismo es una religión de libertad y de paz y está al servicio del auténtico bien de la humanidad”. A continuación el Pontífice ha asegurado a las víctimas de la violencia, especialmente en Irak y en India, su paternal afecto, y ha pedido a las autoridades civiles y políticas, que trabajen por "poner fin a la intolerancia y a las vejaciones contra los cristianos, que intervengan para reparar los daños causados, en particular en los lugares de culto y en las propiedades; que alienten por todos los medios el justo respeto hacia todas las religiones". Que e el mundo occidental “no se cultiven prejuicios u hostilidades contra los cristianos, simplemente porque, en ciertas cuestiones, su voz perturba”.
Volviéndolo mirada hacia el Medio Oriente y en primer lugar a Tierra Santa, "donde, en estos días, asistimos a un recrudecimiento de la violencia", el Santo Padre ha repetido que "la opción militar no es una solución y la violencia, venga de donde venga y bajo cualquier forma que adopte, ha de ser firmemente condenada". Deseando que de las próximos elecciones en la región surjan dirigentes “capaces de hacer progresar con determinación este proceso para guiar a sus pueblos hacia la ardua pero indispensable reconciliación", Benedicto XVI ha puesto en evidencia, la necesidad de realizar todos los esfuerzos para la solución del conflicto israelopalestino, el apoyo de acordar el diálogo entre Israel y Siria y la consolidación de las instituciones en Líbano. A continuación ha animado a los Iraquíes "pasar página y mirar al futuro con el fin de construirlo sin discriminaciones de raza, de etnia o religión", y por lo que concierne a Irán, "no debe dejarse de buscar una solución negociada a la controversia sobre el programa nuclear, a través de un mecanismo que permita satisfacer las exigencias legítimas del país y de la comunidad internacional”.
En el gran continente asiático, "en ciertos países perdura la violencia y que en otros la situación política permanece tensa, pero existen progresos que permiten mirar al futuro con una confianza mayor" ha subrayado el Papa, citando la reanudación de nuevas negociaciones de paz en Mindanao, Filipinas y el "nuevo curso que toman las relaciones entre Pekín y Taipei". "Las comunidades cristianas que viven en Asia a menudo son pequeñas desde el punto de vista numérico, pero desean ofrecer una contribución convencida y eficaz al bien común, a la estabilidad y al progreso de sus países, dando un testimonio de la primacía de Dios, que establece una sana jerarquía de valores y otorga una libertad más fuerte que las injusticias”.
En espera de la visita pastoral en África, "tan deseada”, el Santo Padre ha llamado la atención sobre la situación de la infancia: "Muchos niños viven el drama de los refugiados y los desplazados en Somalia, en Darfur y en la República democrática del Congo. Se trata de flujos migratorios que afectan a millones de personas que tienen necesidad de ayuda humanitaria y que ante todo están privadas de sus derechos elementales y heridas en su dignidad". A continuación Benedicto XVI ha deseado la restauración del Estado en Somalia, ha recordado la situación crítica de Zimbabwe y la esperanza suscitada por los Acuerdos de paz en Burundi, deseando que "sean plenamente aplicados y se conviertan en fuente de inspiración para otros países, que no han encontrado todavía la vía de la reconciliación”.
Centrándose luego en América Latina, el Santo Padre ha deseado "que las legislaciones tengan en cuenta las necesidades de los que emigran facilitando el reagrupamiento familiar y conciliando las legítimas exigencias de seguridad con las del respeto inviolable de la persona". A continuación ha alabado el empeño de algunos gobiernos "para restablecer la legalidad y emprender una lucha sin cuartel contra el tráfico de estupefacientes y la corrupción". Ha recordado el éxito de la mediación pontificia sobre el diferendo entre Argentina y Chile, relativo a la zona austral y el acuerdo entre la Santa Sede y Brasil, deseando que " facilite el libre ejercicio de la misión evangelizadora de la Iglesia y refuerce todavía más su colaboración con las instituciones civiles para el desarrollo integral de la persona”.
Por último, tocando las naciones más cercanas, Benedicto XVI ha dirigido un particular saludo a la comunidad cristiana de Turquía: " en este año jubilar especial con ocasión del bimilenario del nacimiento del Apóstol San Pablo, numerosos peregrinos llegan a Tarso, su pueblo natal, lo que señala una vez más el estrecho vínculo de esta tierra con los orígenes del cristianismo”. Ha citado a continuación las negociaciones retomadas en Chipre, para alcanzar soluciones ecuánimes a los problemas ligados a la división de la isla, y ha recordado, por lo que concierne al Caucaso, "que los conflictos que atañen a los Estados de la región no pueden resolverse por la vía de las armas", pensando en Georgia, ha deseado que “sean respetados todos los compromisos suscritos en el Acuerdo de cese el fuego del pasado mes de agosto". La Santa Sede sigue también adelante con su compromiso favor de la estabilidad de la región del sudeste europeo "y espera que seguirán creándose las condiciones para un futuro de reconciliación y de paz entre las poblaciones de Serbia y Kosovo, en el respeto de las minorías y sin olvidar la preservación del preciado patrimonio artístico y cultural cristiano, que constituye una riqueza para toda la humanidad". (S.L) (Agencia Fides 9/1/2009; Líneas: 103 Palabras: 1489)


Compartir: