EUROPA/ALEMANIA - “Mientras en Italia se habla siempre de italianos en el mundo que difunden el “Made in Italy”, aquí se habla de una comunidad que necesita asistencia” -si por una parte la mafia es una de los instrumentos de inmigración clandestina, por otra obliga a mucha gente pobre a emigrar del sur de Italia hacia otras naciones-: testimonio del P. Hermenegildo Baggio, escalabriniano, párroco de la Comunidad italiana en Colonia (corespondencia desde Alemania de Luca De Mata - 9° parte)

lunes, 22 diciembre 2008

Colonia (Agencia Fides) – “Desde hace cerca de dieciséis años estoy aquí, en Colonia, y soy párroco de la comunidad italiana. En la ciudad, en Colonia, hay cerca de veinte mil italianos y en el ámbito de la misión cerca de treinta y cinco mil. Esto de la comunidad italiana, de la emigración italiana a Alemania, es un fenómeno poco conocido en Italia, pues hoy se piensa sólo en los inmigrantes que llegan a Italia, mientras pocos saben que existe un canal de emigración continua entre Alemania e Italia. Son cerca de 50 mil las personas que van y vienen entre Alemania e Italia, según las circunstancias económicas y las crisis que atraviesan los diversos países.
Tengo la impresión que este fenómeno esté determinado prácticamente por un cierto subdesarrollo del sur de Italia, pero también por la presencia de la mafia, que domina regiones enteras del meridiano. Es un movimiento migratorio, precisamente porque es sumamente dinámico, que tiene grandes dificultades para la inserción en Alemania. Uno de los problemas de la inserción es la escuela, y de ello se han dado cuenta también los alemanes: el sistema alemán, en efecto, tiene un sistema de selección sumamente precoz, y sólo después de cuatro años se ha ya escogido el currículum escolástico. En este campo la misión italiana, sucesivamente la Arquidiócesis y ahora también la comunidad, han invertido grandes fuerzas, gracias a las cuales existe hoy una escuela italiana considerada un elemento muy importante para la integración de la comunidad. El riesgo es que la comunidad italiana se integre en Alemania, pero en un nivel muy bajo, en el área del sub-proletariado. Dicho fenómeno hoy en día es mundial, y tiene que ver sobre todo con la migración de los países pobres hacia los países ricos.
A Europa llegan masas de personas de África, del Este, de América Latina; en este cuadro un nicho muy particular está constituido por el fenómeno migratorio entre el sur de Italia y Alemania. Italia recibe a muchos extranjeros –ahora se habla de millones– y al mismo tiempo los italianos continúan emigrando al exterior. Muchos de ellos llegan a Alemania y necesitan asistencia: Mientras en Italia se habla siempre de italianos en el mundo que difunden el “Made in Italy”, aquí se habla de una comunidad que necesita asistencia.
La Misión Católica italiana desde el inicio se interesó mucho por la escuela y comenzó con cursos regulares para los italianos. En efecto, los jóvenes que llegan no han terminado las escuelas magisteriales o profesionales, y una comunidad, para desarrollarse, necesita de una elite, y ésta sólo puede ser creada por la escuela. La escuela es un problema para la comunidad italiana porque extrañamente los italianos, entre todas las comunidades extranjeras presentes en Alemania, son los que tienen el más bajo rendimiento escolástico.
Esto nos dice también que el fenómeno migratorio en Europa no es sólo un problema social, sino también, fundamentalmente, un problema cultural, de identidad. Por ello la escuela es un elemento fundamental, y probablemente quien no ha tenido la experiencia de la migración no se da cuenta de qué significa vivir en un territorio que habla una lengua que no es la tuya. Aunque hayas nacido aquí y hables el alemán mejor que el italiano, pero en casa se escucha el dialecto, más que adquirir un bilingüismo está el riesgo de un doble analfabetismo. Éste es uno de los temas que más fuerzas consume a la comunidad italiana y a la Misión Católica misma”. (Desde Colonia, Luca De Mata) ( Agencia Fides 22/12/2008)


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