AMERICA/COLOMBIA - Los Obispos invitan a todos en esta Navidad a dejarse iluminar por la Luz que es Jesucristo y que muestra el camino a la paz

miércoles, 17 diciembre 2008

Bogota (Agencia Fides) – Los Obispos de Colombia han publicado un Mensaje de Navidad dirigido a todo el pueblo en el que les recuerdan que este periodo litúrgico es “una invitación a dejarnos iluminar -en nuestras mentes, en nuestros corazones, en nuestra conducta- por la Luz indeficiente que es Jesucristo, el Hijo de Dios hecho uno de nosotros en el seno de la Virgen María”. Luz que “me muestra el camino de la paz”.
Pero ¿cual es esa luz que conduce a la paz? se preguntan los Obispos. Para las familias será “a luz de la convivencia en el amor que lleva a superar todas las dificultades, a robustecer todos los lazos, a permanecer unidos”. Para los que rigen el país “es la luz de la búsqueda y la consecución permanentes del bien común por encima de cualquier interés personal o grupal”. Para los constructores de la sociedad esa luz es la de la “solidaridad que los empuja a poner todos sus talentos y capacidades al servicio del país en la consecución de un desarrollo equitativo, en el que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades fundamentales”.
Para los que reivindican sus derechos en medio de duros conflictos “es la luz de la justicia” y, por el contrario, para los que han recurrido a las armas, buscando una renovación de la sociedad, será “la luz del cambio profundo que los mueve a abandonar los caminos equivocados de la violencia para entrar por el camino del diálogo ... de la reparación debida de los daños causados”. También para los que han optado por el camino del narcotráfico, de la ilegalidad y de la delincuencia pueden recibir “la luz del retorno al buen camino, de la plena aceptación de la justicia, del cumplimiento de los deberes ciudadanos”. Así mismo para las víctimas de la injusticia y de la violencia la luz que les lleve a la paz será la de “la restauración que les permite recorrer el camino de la reconciliación y del perdón”.
Para los que han sido llamados a pastorear la Iglesia de Dios “es la luz del amor del Buen Pastor que los empuja a entregar su vida, sin escatimar ningún esfuerzo”. Y para los miembros del pueblo cristiano “es la luz que los lleva a hacerse, por medio de la aceptación de la Palabra y la recepción de los Sacramentos, auténticos discípulos y misioneros de Jesucristo”. En fin para todos , concluyen los Obispos “es la luz que irradia el amor, “la entrañable misericordia de nuestro Dios”, por medio de Aquel que asumió nuestra carne para conducirnos por el camino de la verdad y de la vida”. (RG) (Agencia Fides 17/12/2008)


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