VATICANO - El Papa a la Plenaria del Consejo Pontificio para la unidad de los Cristianos: "el ecumenismo nos llama a un fraterno y generoso intercambio de dones, conscientes de que la plena comunión en la fe, en los sacramentos y en el ministerio continua siendo el objetivo y la meta de todo el movimiento ecuménico"

lunes, 15 diciembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Recepción y futuro del diálogo ecuménico" ha sido el tema de la asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para la Promoción de la unidad de los Cristianos, definida por el Santo Padre, quien ha recibido a los participantes en audiencia el 12 de diciembre, "un argumento que presenta dos dimensiones esenciales: por un lado, el discernimiento del itinerario recorrido hasta ahora, y, del otro, la individuación de nuevas vías para continuarlo, buscando juntos como superar las divergencias que por desgracia todavía permanecen en las relaciones entre los discípulos de Cristo."
En su discurso Benedicto XVI ha recordado que los trabajos de la Plenaria han examinado las relaciones de los primeros cuatro diálogos bilaterales internacionales en los que ha participado la Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II: con la Federación Luterana Mundial, con el Consejo Mundial Metodista, con la Comunión Anglicana y con la alianza Reformada Mundial. "Si bien habéis delineado cuánto, con la ayuda de Dios, ya se ha logrado alcanzar en la recíproca comprensión y en la individuación de elementos de convergencia - ha afirmado el Papa -, no habéis por ello, evitado, con gran honestidad, destacar lo que todavía queda que hacer. Se podría decir que nos encontramos en camino, en una situación intermedia, dónde es sin duda útil y oportuno un examen objetivo de los resultados conseguidos."
El Pontífice ha puesto de relieve como en muchas regiones la situación ecuménica ha cambiado y está cambiando ulteriormente, en cuánto emergen nuevas comunidades y grupos, se delinean inéditas tendencias y a veces incluso tensiones entre las Comunidades cristianas. "La caridad - ha continuado el Santo Padre - ayudará a los cristianos a cultivar la 'sed' de la plena comunión en la verdad y, siguiendo dócilmente las inspiraciones del Espíritu Santo, podemos esperar llegar pronto a la agorada unidad, el día que el Señor quiera. He aquí porque el ecumenismo requiere de nosotros un fraterno y generoso intercambio de dones, conscientes de que la plena comunión en la fe, en los sacramentos y en el ministerio continua siendo el objetivo y la meta de todo el movimiento ecuménico. De esta vasta empresa, es precisamente el ecumenismo espiritual, como claramente afirmó el Concilio Ecuménico Vaticano II, es el corazón pulsante". (S.L) (Agencia Fides 15/12/2008)


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